UGT denuncia la venta de permisos a 200.000 pesetas
El sindicato UGT ha puesto en conocimiento de la Subdelegación del Gobierno en Jaén la identidad de un empresario de la provincia acusado por inmigrantes de cobrar 200.000 pesetas a cambio de un permiso que les dé acceso a un contrato de trabajo.
Matilde Navarro, de la ejecutiva del sindicato, resaltó ayer que hay 'mafiosos de turno' que se están enriqueciendo a costa de la situación de los inmigrantes que llegan a Jaén en busca de jornales durante la cosecha de la aceituna.
Navarro explicó que el empresario, del que no han querido desvelar el nombre, cobra 50.000 pesetas por gestionar un empadronamiento en un municipio de Jaén, documento que da la posibilidad de acceder a una oferta de trabajo y solicitar el permiso por arraigo, concepto establecido en la nueva Ley de Extranjería. Este permiso supone un coste adicional de 200.000 pesetas.
Cuatro inmigrantes denunciaron esta situación en UGT, organización que calcula que son muchos más los afectados. El Gobierno Civil comprueba ahora los listados de peticiones de trabajadores por parte de este empresario para determinar en cuántos casos ha actuado.
Navarro afirmó que la venta de permisos se produce desde 1999. 'Con esos precios, imagino que este señor se habrá hecho rico', añadió.
Según UGT, el empresario no es agricultor, pero demanda un número 'extrañamente alto' de temporeros no comunitarios durante la recogida de la aceituna.
No es éste el único caso que ha encontrado UGT, resaltó Navarro, pero sí del que tienen pruebas más evidentes. El sindicato también denunció las ofertas discriminatorias que están haciendo empresarios de la provincia que buscan trabajadores. Muchos de ellos especifican en sus solicitudes que no quieren marroquíes. Lo que más se demanda ahora son trabajadores de Ecuador y de los antiguos países del Este, precisamente de los que se sospecha que más vinculados están a las mafias que trafican con su trabajo.
Una discriminación más, según UGT, es la que padecen las mujeres debido a que la mecanización del campo está eliminando paulatinamente la tarea fundamental que ellas realizaban, la recogida del fruto en el suelo.
