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El convidado de piedra

La Generalitat instituyó el pasado mes de abril una empresa con Iberdrola, la patronal del azulejo y participación de Bancaixa, la CAM y las cajas rurales que debía definir el sistema gasista en su ámbito de competencias y, a la postre, promover la construcción de una planta regasificadora de gas licuado para atender la creciente demanda interna en territorio valenciano ante la proliferación de proyectos de construcción de centrales térmicas de ciclo combinado. José Luis Olivas, vicepresidente del Consell y presidente de Encovagas, anunció entonces que el Consell promovería la construcción de la planta en cuestión junto a Unión Fenosa e Iberdrola.

El proyecto de Unión Fenosa para construir una planta regasificadora en Sagunto ya estaba en marcha. Y la eléctrica que presidía José María Amusátegui nunca entró en el capital de Encovagas. Iberdrola, la eléctrica que preside Iñigo de Oriol Ybarra, sí se sumó a Encovagas para seguir de cerca el diseño del mapa del gas en territorio valenciano.

Más información
Iberdrola abandona Castellón y pacta con Unión Fenosa construir la regasificadora en Sagunto

El acuerdo entre Unión Fenosa e Iberdrola se ha cerrado al margen de los auspicios de la Generalitat que fue informada del mismo, según recoge la nota conjunta emitida ayer por ambas compañías.

El resultado final responde a las expectativas iniciales, pero las intervenciones de diversos representantes institucionales en el curso de la batalla librada por ambas empresas no han sido precisamente afortunadas y se han decantado abiertamente por construir la nueva infraestructura en Castellón. Hace apenas seis semanas, Eduardo Zaplana reclamaba la última palabra sobre la ubicación de la planta regasificadora. Pero el presidente se encontraba ayer en Bruselas, ajeno a unas negociaciones en las que aparece como el convidado de piedra.

Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, fue sincero ayer cuando dijo: 'Nadie me quitará el derecho a la pataleta' y reiteró que 'lo lógico' sería construir la planta en Castellón. Lo mismo que Joaquim Puig, portavoz socialista en las Cortes, quién se preguntó 'de qué sirve la palabra del presidente'.

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