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Entrevista:GEOFFREY PARKER | HISTORIADOR

'Un imperio no puede carecer de enemigos'

Geoffrey Parker (Nottingham, 1943) asistió la semana pasada al homenaje en Madrid a John Elliott, su director de tesis en los años sesenta, y participó en la presentación de la versión española del libro España, Europa y el mundo atlántico, que junto con Richard L. Kagan había ya editado en 1995 como regalo de cumpleaños para Elliott. Ayer, Parker presentó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid El éxito nunca es definitivo (Taurus), una recopilación de ensayos sobre el imperialismo, la guerra y la fe en la Europa moderna. El hispanista británico se centra en los diez ensayos que componen la obra, elaborados desde hace años y ahora revisados, en el equilibrio entre el éxito y el fracaso durante los comienzos del periodo moderno y en cómo la derrota ha surgido a lo largo de la historia 'de las mismas fauces de la victoria'.

'Incluso el mayor triunfo militar sólo tiene consecuencias limitadas'
'La guerra tiene una potencia para destruir a las personas que no se puede ignorar'

Todos los ensayos reunidos por Parker, catedrático en la Universidad de Ohio, tienen como eje el fracaso, 'un tema que fascinó a muchos historiadores a finales del siglo XX'. 'John Elliott, por ejemplo, tal vez el más influyente de los historiadores británicos actuales, estudió durante más de 30 años el fracaso heroico del conde duque de Olivares, y también los perdedores atrajeron la atención de muchos microhistoriadores. El éxito ha atraído a otros muchos, pero el fracaso ha sido más frecuente, especialmente en lo relativo a la guerra y al gobierno', señaló ayer.

El hispanista destaca cómo 'en la mayoría de los casos la caída fue precedida por éxitos asombrosos'. Precisamente por ello, Parker ha elegido para titular su nuevo libro una frase pronunciada por Winston Churchill sobre los avances de Hitler durante la II Guerra Mundial, 'el éxito nunca es definitivo'.

La figura de Felipe II, un referente de buena parte de su obra, marca la primera parte del libro. 'Felipe II heredó vastas posesiones en Europa y América y las extendió hasta llegar a gobernar sobre el primer imperio global de la historia. Pero la monarquía que heredó nunca fue viable, su defensa sólo era posible con gran dificultad y a un coste prohibitivo'.

'Pocas personas planifican el fracaso. Sin embargo, como observó el matemático John von Neuman, no debe pensarse en el fracaso como una aberración, el fracaso es una parte esencial e independiente en la lógica de los sistemas complejos, cuanto más complejo es el sistema más probable es que una de sus partes funcionen mal. Los asuntos humanos tienden a desordenarse y sus desviaciones aleatorias respecto del modelo requieren una corrección constante'.

Parker prepara un proyecto de gran envergadura, una historia sobre la crisis mundial del siglo XVII, que también publicará Taurus en 2003. Asegura que 'los errores son la auténtica base del pensamiento humano' y advierte que habría que recordar 'a quienes trataron de manipular imperios globales aparentemente irresistibles que cualquier aventura puede verse alterada por un tipo de fricción inconcebible'

'Ningún imperio puede carecer de enemigos', dice Geoffrey Parker, que en la segunda parte de El éxito nunca es definitivo sostiene que 'incluso el mayor triunfo militar sólo tiene consecuencias limitadas, antes o después un nuevo desafío retará al vencedor'. En el planteamiento de su recopilación, marcada por una unidad metodológica y en la que actúa como un 'mecánico histórico', con el objetivo de desentrañar antes el cómo que el por qué suceden los acontecimientos, Parker analiza cuestiones de interés general para proporcionar una perspectiva de los problemas actuales inspirada en el pasado. Es el caso de sus reflexiones sobre la guerra, cuyo estudio siempre le ha fascinado -en su época de estudiante pasó temporadas en varios cuarteles navales-. Parker escribe que 'mucho más que las batallas, lo que decidió el resultado de las guerras en la Europa de comienzos de la era moderna fue la superioridad logística, moral y de las técnicas de asedio, lo cual demuestra que el descuido de estos aspectos podía fácilmente convertir en derrota una inminente victoria'.

'En los siglos XVI y XVII, la guerra era el estado natural, no la paz, y en el siglo XX quizá se pueda decir lo mismo, hemos tenido una guerra tras otra', afirma. 'La guerra tiene una potencia para destruir a las personas y a la propiedad que no se puede ignorar. Y aunque la odiemos, tenemos que entender las razones, el curso y las consecuencias de una guerra. Lo que a mí me ofende es hacer una serie de triunfalismos en la guerra, es un gran error por parte de algunos historiadores, presentar la guerra como un triunfo sin hablar de los muertos, los mutilados, sin hacer mención de las consecuencias'.

Los ensayos que ha reunido Parker sirven también para entender cómo tras la caída del muro de Berlín se demostró que 'las nuevas ideologías pueden desaparecer con notable rapidez', o los peligros que entraña lo que denomina 'el desprecio de los enemigos', que impidió, por ejemplo, a Israel intuir el peligro antes de la guerra de Yom Kippur en 1973, o a Estados Unidos el ataque a Pearl Harbor en 1941 y los atentados en Nueva York y Washington el pasado septiembre. 'Aun con un enemigo a la vista, el ataque no estaba previsto. Los ataques por sorpresa han sido más frecuentes a lo largo de la historia de lo que pensamos. Pero en este sentido, sí puede decirse que Occidente ha despreciado a los árabes'.

Geoffrey Parker, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Geoffrey Parker, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.ULY MARTÍN
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