Un estudio del Reino Unido señala que prohibir el móvil en el aula no mejora el rendimiento ni la actitud de los alumnos
El trabajo de la Universidad de Birmingham, en el que han participado más de 1.200 menores y 30 institutos, concluye que los adolescentes compensan el veto con un exceso de horas fuera de clase, lo que sí tiene impacto en su salud mental
La conclusión del estudio, en realidad, es tan vieja como el dicho: “hecha la ley, hecha la trampa”. Un informe realizado por la Universidad de Birmingham, en el que han participado 1.227 menores en 30 centros de secundaria del Reino Unido, ha señalado que la prohibición del móvil durante las horas lectivas, una práctica generalizadas en todas las escuelas británicas, no contribuye a mejorar el rendimiento, el comportamiento o la salud mental de los alumnos. Entre otras cosas, señala el mismo estudio, porque los menores compensan el veto con un exceso de horas frente a la pantalla al salir de clase o durante el fin de semana.
“No hemos observado diferencias relevantes en el bienestar mental de los adolescentes entre aquellos alumnos a los que los centros permiten el uso de móviles frente a aquellos que atienden escuelas que restringen el uso. Sin embargo, hay una asociación claramente negativa entre el aumento del uso de las redes sociales y el deterioro del bienestar mental [de los menores]”, afirman los autores del estudio, el primero de esa amplitud realizado sobre un asunto cada vez más controvertido en el ámbito educativo.
La comparación entre políticas escolares diversas, indican los resultados, sugiere que los problemas como la ansiedad, la depresión, el uso problemático de las redes sociales, el tiempo de sueño, la actividad física, el rendimiento académico e incluso el mal comportamiento en clase no mejoran con la restricción del uso de los móviles durante cinco o seis horas al día. “Una posible explicación”, dice el informe, “es que las políticas escolares restrictivas del móvil no reducen en general el tiempo total que los adolescentes dedican a sus pantallas y a las redes sociales”.
Los estudios más recientes realizados en el Reino Unido apuntan a un uso promedio de las redes sociales por los adolescentes de cinco horas o más al día, y existe ya un amplio campo de estudio respecto a la relación entre ese uso y el bienestar mental de los menores.
Escuelas permisivas o restrictivas
El Reino Unido tiene una tradición muy flexible respecto a las políticas de prohibición, y suele optar siempre por lanzar recomendaciones antes que por imponer mandatos legales. Por eso los autores del estudio pudieron trabajar con distintos tipos de centros académicos que calificaron de “permisivos” o “restrictivos”. En el caso de los primeros, los móviles estaban permitidos a determinadas horas del día —durante el almuerzo o el recreo— o en zonas designadas. En los segundos, los teléfonos no pueden ser usados desde que se entra en el recinto hasta la salida, y deben ser guardados en las mochilas o taquillas. Incluso, en el caso de uno de los colegios del estudio, los aparatos debían ser entregados a un responsable escolar a primera hora de la mañana, que los custodiaría.
“Las conclusiones del estudio no suponen una visión contraria a la prohibición de los móviles en las escuelas”, ha dicho Victoria Goodyear, profesora de Pedagogía y Salud de la Universidad de Birmingham, y directora del informe. “Lo que sugerimos es que esa prohibición, de manera aislada, no es suficiente para reducir los efectos negativos generales”, ha añadido.
El informe ha utilizado para sus mediciones la Escala de Bienestar Mental de Warwick-Edimburgo, un método desarrollado para la evaluación de proyectos, programas y políticas enfocadas a la mejora de la salud mental de la población.
En el Reino Unido, un 96% de los menores de entre 12 y 15 años posee un teléfono móvil, según los últimos datos de la agencia británica reguladora de las telecomunicaciones, Ofcom.
Los resultados del informe pueden servir para impulsar un debate de mayor amplitud que comienza a cobrar fuerza entre la comunidad educativa y de salud: la idea de prohibir de modo general el uso de las redes sociales a los menores de 16 años, como ya ha anunciado el Gobierno de Australia.
El Reino Unido ya ha aprobado una Ley de Seguridad En Línea (Online Safety Act), que impone medidas restrictivas y de seguridad para el uso de los jóvenes de las redes sociales. “Necesitamos pruebas más contundentes para poder alcanzar conclusiones claras sobre el impacto de los móviles en los menores”, ha dicho un portavoz del Gobierno británico ante las conclusiones del estudio de la Universidad de Birmingham. “Por eso hemos puesto en marcha un estudio propio, en colaboración con la Universidad de Cambridge, para analizar el impacto general de las redes sociales sobre niños y adolescentes”, ha añadido.
La principal conclusión del estudio publicado este miércoles tiene una mezcla de obviedad y humildad: el centro escolar no puede, por sí mismo, controlar el abuso del móvil por parte de los menores, “y los esfuerzos de prevención deberían contemplar otros factores como la actividad física o las horas de sueño (...) las intervenciones dentro y fuera del colegio, para reducir el uso, deben ser consideradas simultáneamente”, sugiere el informe.
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