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La resaca de la jornada

Un visitante inofensivo

Benítez sólo ha ganado uno de sus 35 partidos fuera de casa en Primera

¿Sabía usted que Rafa Benítez sólo ha ganado uno de los 35 partidos que ha dirigido en Primera División con su equipo como visitante? '¡Vaya!', responde, asombrado, el defensa del Valencia Amedeo Carboni. 'Eso quiere decir algo'.

Algo, sí, pero ¿qué? La botella medio llena: el Valencia es el único invicto de Primera en las 12 jornadas disputadas; la botella medio vacía: el cuadro de Benítez ha sido incapaz de vencer a domicilio, sumando seis empates en sus seis salidas de Mestalla.

En el actual sistema de puntuación, la conocida como media inglesa -ganar en casa y empatar fuera- no es la mejor estrategia: cuatro puntos en dos jornadas. 'Hoy un empate es poco. Debemos arriesgar más. No es que juguemos sin delanteros, pero deberíamos salir más desde atrás nosotros, los defensas. Tener más agresividad', argumenta Carboni, que disculpa al entrenador, y dice que es cosa suya, de los futbolistas.

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El 25 de octubre de 1998 fue un día memorable en la trayectoria de Rafa Benítez: el Extremadura, al que dirigió en los 38 encuentros del ejercicio 1998/99, ganó al Alavés en Mendizorroza (0-1). 'Lo recuerdo', evoca el ex centrocampista del Extremadura Toni Velamazán, hoy en el Espanyol. 'Fue el único partido que ganamos fuera, es cierto, pero me parece que es una estadística muy rara ésta que me cuenta, porque él planteaba los partidos igual en casa que fuera'.

Ésa misma extrañeza le produce este registro al delantero del Villarreal Víctor Fernández, a las órdenes de Benítez en el Real Madrid B. 'Benítez no es amarrategui; más bien diría que le gusta el fútbol de ataque', comenta Víctor.

'¡Vaya estadística más curiosa!', abunda Fernando, el interior zurdo de Osasuna, que coincidió en los 23 encuentros de Benítez al frente del Valladolid, en la campaña 1995/96. 'Aquel año no tuvimos suerte y a Rafa lo sustituyeron por Vicente Cantatore. Nos salvamos en la última jornada. Con Benítez no ganamos fuera de casa, pero no fue porque cambiara de sistema -un 4-4-2- ni porque fuera un técnico defensivo'.

Otro tanto piensan en Tenerife, club ascendido por Benítez el curso pasado. Allí el preparador madrileño arrancó con una victoria espectacular a domicilio -0-5 al Getafe-, pero echó el equipo hacia atrás justo cuando se colocó líder de Segunda y empezó a pesar la responsabilidad. Entonces la crítica le achacó algunos empates en casa por exceso de celo defensivo, informa César F. Trujillo.

Al Valencia llegó en verano pasado precedido de un halo de entrenador osado, o al menos más osado que su predecesor en el cargo, el argentino Héctor Cúper. Pero no ha sido así hasta el momento. Lejos de Mestalla, Benítez ha jugado siempre con dos medio centros defensivos y casi siempre con un solo delantero. Asimismo, Aimar, el futbolista más creativo del grupo, ha estado en un segundo plano. No actuó en el Camp Nou (2-2) y sólo en parte en Valladolid (1-1), Bilbao (2-2) y en el Sánchez Pizjuán de Sevilla (1-1). En cuanto a los desplazamientos a Vigo ante el Celta (1-1) y a Pamplona ante Osasuna (0-0), el preparador madrileño tuvo una coartada: Aimar estuvo concentrado con la selección argentina. El Valencia, incluso, jugó con un solo delantero en las tres primeras citas ligueras en Mestalla: ante el Madrid (1-0), la UD Las Palmas (1-0) y el Alavés (0-0).

Benítez, de 41 años, está ansioso por enterrar esta molesta estadística a domicilio. De ahí que el domingo rompiera su habitual moderación para culpar al árbitro -Daudén Ibáñez- del empate ante Osasuna. Casado y con una hija, tiene el título nacional desde 1989, es licenciado en Educación Física, y comenzó su carrera de entrenador en la cantera del Madrid. Como jugador, se formó en el Madrid, jugó en el Parla, y disputó la Universiada de México 1979.

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