Los pasos de la 'contrarreforma'
Izquierda Unida no ha usado la vía de los tribunales, sino la del Parlamento de Navarra para oponerse a los planes lingüísticos de UPN.
La moción de IUN-NEB recuerda como en junio de 2000 la cúpula de la Dirección General de Política Lingüística del Gobierno navarro dimitió en bloque ante las 'presiones' ejercidas por el Ejecutivo en su trabajo. UPN no recompuso el organigrama, sino que aprovechó el vacío para rebajar la importancia administrativa de la dirección y unificarla con una nueva de política universitaria.
Meses después, en diciembre de 2000, UPN aprobó la reforma del decreto foral de 1994 que regulaba el uso del vascuence en las administraciones públicas. Con ello, UPN introducía por la vía del decreto los criterios que en su día vio rechazados en los debates para confeccionar la ley foral del Vascuence.
Los gestos de UPN suspendiendo la subvención a la Sociedad de Estudios Vascos y el convenio con la Universidad Vasca de Verano fueron parejos a la aprobación de planes de señalización y rotulación que han ido haciendo desaparecer la lengua vasca de rótulos de carretera, papelería oficial y letreros de instituciones públicas de toda la zona mixta de Navarra, que en la práctica se ha convertido en una zona no vascófona. El primer letrero bilingüe retirado fue, paradójicamente, el de la propia Dirección General de Universidades y Política Lingüística, siguiendo las órdenes de su director, Pedro Pegenaute, un hombre de la máxima confianza de Miguel Sanz.
El pasado octubre, el gabinete de Sanz anunció la modificación de la ley del Vascuence en lo relativo a la UPNA, al objeto de eliminar la consideración de centro educativo que debe atender a todos los navarros desde la zona mixta, lo cual abría la opción legal de desdoblar líneas de enseñanza en euskera que UPN rechaza.
Los regionalistas quieren elaborar una ley específica para controlar la presencia del vascuence en la universidad.
El 30 de julio de 2001, UPN aprobó el Decreto foral 203/2001 por el que se determinaron los puestos de trabajo con 'preceptividad' del euskera, puestos que quedaron fuertemente restringidos. En estas últimas semanas, el Gobierno foral ha negado incluso a un ayuntamiento, el de Orcoyen, en la comarca de Pamplona, el cambio de denominación oficial a la de Orkoien.
IUN-NEB entiende que el euskera no debe usarse 'ni como referencia de construcción nacional' ni como 'referencia de una política antinacionalista' y pide al resto de la oposición su apoyo para reprobar esa política de UPN y derogar los últimos decretos gubernamentales.
La postura que adopte el PSN-PSOE será decisiva para el resultado del debate. Los socialistas han denunciado el sesgo 'partidista' dado por UPN al deseo común de 'evitar que el conocimiento del euskera sea un elemento atentatorio contra la igualdad de oportunidades'.
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