Ibarretxe ve posible un acuerdo con el PSE en la comisión de autogobierno

El debate sobre autogobierno del 25 de octubre en el Parlamento vasco, aunque no permitió alcanzar ni el mínimo acuerdo entre los partidos, sí sirvió para que el lehendakari Juan José Ibarretxe detectara las posiciones de cada cual, y en particular las del único grupo con el que le cabe esperar algún acercamiento: el socialista. Ibarretxe quería que los grupos se 'retrataran' y los socialistas enseñaron sus primeras cartas en las reuniones en las que se intentó infructuosamente pactar la creación de la comisión parlamentaria para 'la profundización' del autogobierno. La Mesa del Parlamento estudiará en su reunión de mañana la composición y metodología de trabajo de este órgano. A pesar de discrepar con su orientación PP y PSE han anunciado que acudirán a la comisión y Batasuna lo decidirá esta semana.

Fuentes próximas al lehendakari aseguran que Ibarretxe encontró 'aceptable' el discurso del secretario general del PSE y portavoz parlamentario, Nicolás Redondo, y que reconoce en lo que valen algunos 'movimientos' reflejados en la propuesta de resolución que presentaron los socialistas. Ésta incluía la disposición favorable a 'explorar las potencialidades que el Estatuto y la Constitución encierran, para ampliar el consenso político y propiciar un reencuentro que haga posible la superación de viejas divisiones políticas'. En su último punto, la propuesta del PSE aceptaba la hipótesis de optar por 'una vía de cambio o de reforma del Estatuto', si bien condicionada a 'las reglas de juego de obligado cumplimiento para todos' que el Estatuto de Autonomía establece.

Las fuentes del grupo socialista consultadas aclararon que la referencia a un posible cambio que hacían en su propuesta del 25 de octubre apunta sobre todo al artículo 46 del Estatuto, que aborda las condiciones en que debe abordarse su reforma. Entre éstas se incluye, antes de la celebración de un referéndum confirmatorio, la aprobación por las Cortes Generales de cualquier propuesta de cambio, que debe a su vez llegar a Madrid con la mayoría absoluta en el Parlamento vasco. El mismo artículo del Estatuto permite que el Gobierno vasco sea facultado por delegación del Estado, para convocar esa consulta popular.

Los recelos ante la posibilidad de que Ibarretxe intente 'utilizar' la comisión para 'presentar, dando un rodeo, unos hechos consumados' son grandes y el PSE quiere garantías de que sea lo que sea lo que pretende el PNV, 'se presente de frente y no se intente colar de manera camuflada por la puerta de atrás'.

Desde Ajuria Enea se aclara que las bases incluidas en el discurso de Ibarretxe constituyen 'un programa de máximos', razón por la que no fueron sometidas a votación, y que existe margen para la negociación. Cree que hay 'espacio' para un debate serio con los socialistas en el seno de la comisión que arroje con el tiempo algún acercamiento de posturas. Algo que dan por descartado que pueda producirse con el PP.

La Mesa del Parlamento vasco tratará en la reunión que mantendrá mañana las normas de constitución, organización y funcionamiento de la comisión de profundización de autogobierno, incluido el número de miembros.

El establecimiento de foros paralelos de relación, como el abierto entre el consejero de Interior, Javier Balza y el diputado Víctor García, para alcanzar un pacto en materia de seguridad, y el que debe iniciarse para la negociación de los presupuestos, juega también su papel en este tablero.

El plazo para ese pacto es también el sugerido por Ibarretxe para hacer un primer balance de la comisión sobre el autogobierno: el mes de junio, antes del comienzo de las vacaciones parlamentarias.

Con todo, la desconfianza es grande. Al PSE no se le escapa que fue la no participación de Batasuna en la votación lo que posibilitó la creación de la comisión, el único resultado tangible que Ibarretxe esperaba y necesitaba de ese pleno.

Y sabe que Batasuna adoptó esa postura porque considera como una plataforma de trabajo válida las 'siete bases para el diálogo' propuestas por el lehendakari, sobre todo por los guiños a conceptos muy apreciados en la izquierda abertzale como la territorialidad -con su mención a Navarra o el País Vasco francés- y la capacidad de decisión que deposita en exclusiva en la ciudadanía vasca.

ProcedimientoEste es precisamente uno de los escollos fundamentales, ya que la propuesta aprobada para crear la comisión considera que para la reforma del Estatuto será suficiente con que 'en la sociedad vasca se alcancen las mayorías requeridas para ello'. Esto obvia el resto del procedimiento estatutario, que exige la continuidad del proceso en las Cortes de Madrid, antes de la convocatoria de la consulta.

El trabajo de la comisión parlamentaria, que será la estrella política hasta el verano, no va a ser fácil. Los frutos unitarios, al menos como se produjo con la ponencia que en 1995 delimitó las posibles transferencias pendientes, están descartados.

De hecho, el PP ya se ha apeado incluso de aquel diagnóstico de las competencias pendientes, como dejó claro Jaime Mayor en el debate. Los socialistas, por el contrario, se mantienen vinculados a él.