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Carles refuta las críticas de conservadurismo recordando su apuesta por los pobres

El arzobispo de Barcelona, el cardenal Ricard Maria Carles, salió al paso ayer de las críticas de los sectores más progresistas de la Iglesia que le acusan de haber consumado el giro conservador que ha supuesto su mandato con el nombramiento del nuevo obispo auxiliar, Josep Àngel Sáiz. Al ser nombrado obispo, el hasta ahora canciller y secretario general del arzobispado se consolida como la mano derecha de Ricard Maria Carles, a quien el Vaticano ha prorrogado su permanencia al frente de la diócesis por un periodo de dos años más, pese a que ha cumplido la edad de jubilación (75 años).

'Quienes me tildan de conservador se olvidan de que, al margen de la evangelización, una de las líneas que me marqué a mi llegada a la diócesis de Barcelona, y que sigue vigente para mí, es el cuidado y la defensa de los pobres y marginados', dijo ayer el arzobispo. 'Según ciertos criterios, esto no significa precisamente ser conservador', agregó. Por su parte, Josep Àngel Sáiz, especialmente cuestionado desde sectores nacionalistas, consideró faltos de fundamento tales recelos y aseguró que, pese a haber nacido en Cuenca y haber estudiado en el Seminario de Toledo, se siente 'catalán por los cuatro costados'.

Ricard Maria Carles recordó ayer que las iglesias de Barcelona albergaron durante unos meses a centenares de sin papeles que reivindicaban su regularización, e hizo un llamamiento a las administraciones a acoger a los inmigrantes en condiciones para que 'se sientan personas'. 'Se está reclamando la llegada de miles de inmigrantes como mano de obra, pero hemos de preguntarnos si se están preparando las infraestructuras necesarias para acogerlos en condiciones dignas', agregó el prelado.

Ricard Maria Carles también alegó, para contarrestar las acusaciones de conservadurismo, la 'confianza' que está depositando en los seglares para que puedan desarrollar el 'trabajo episcopal de base'. 'Ninguna otra diócesis en España tiene cuatro delegados episcopales que son seglares, tres de ellos mujeres', sentenció el cardenal.

Carles se mostró satisfecho por la decisión del Vaticano de mantenerle al frente del arzobispado durante dos años más y se mostró dispuesto a prolongar este plazo si así se lo pide el Papa. 'Vine aquí por obediencia al Santo Padre y me iré por obediencia a él', aseguró. Carles reconoció que ha conseguido en esta etapa rodearse del equipo que desaba, al ser aceptada por el Vaticano su propuesta de ascender a Josep Àngel Sáiz a obispo auxiliar. A sus 45 años, Sáiz se ha convertido en el obispo más joven de España. El nuevo auxiliar de Carles sustituye a Carles Soler, que ha sido nombrado obispo de Girona en lugar de Jaume Camprodon. El nombramiento de Soler también ha provocado las críticas de La Red Cristiana de Girona, que se ha quedado de que no se ha consultado a los feligreses y considera que el nombramiento responde a intereses de la jerarquía eclesiástica.

Además de seguir su tarea de evangelización y de ocuparse de los marginados, el cardenal Carles pretende centrar la atención durante estos próximos dos años en la familia, que, dijo, 'recibe muchos ataques y pocas ayudas'. El prelado reconoció que hay una crisis de vocaciones, aunque aseguró que ello no obligará a la diócesis a 'cerrar parroquias, sino a reorganizarlas, concentrando servicios en las iglesias de referencia'.

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