El Ayuntamiento de Morata rechaza la central térmica que auspició hace un año

Un informe técnico ha enturbiado el futuro de la central térmica de Morata de Tajuña. El estudio, realizado por dos expertos de la Universidad Politécnica, critica la construcción de esta planta por sus presuntos efectos negativos sobre el aire, la agricultura, el paisaje y el turismo de la localidad. Por ello, la alcaldesa, Concepción Loriente, del PSOE, que llegó a firmar un protocolo de colaboración con los responsables de la central, ha cambiado radicalmente de opinión: la semana pasada llevó al pleno una moción, apoyada por PP e IU, para impedir la construcción de la central en el pueblo.

En julio de 2000, el Ayuntamiento de Morata de Tajuña, gobernado por el PSOE, firmó un convenio de colaboración con la promotora de la central de energía de ciclo combinado, la multinacional norteamericana Entergy. El acuerdo, según reconoció ayer la alcaldesa, incluía todos los apoyos municipales a la central térmica siempre y cuando ésta obtuviese el visto bueno de las administraciones competentes (Ministerio de Medio Ambiente y Comunidad). El Ayuntamiento cedía 8,6 hectáreas de suelo municipal para que se construyese la planta a cambio de la misma cantidad de terreno en otra parte del municipio. Además, se firmó un preacuerdo de compra con los propietarios del resto de suelo necesario (2,5 hectáreas), que fue ratificado ante un notario.

Pero comenzaron las manifestaciones. Ecologistas, asociaciones de vecinos y los grupos municipales del PP e IU se lanzaron a la calle para mostrar su desacuerdo contra la térmica. El PSOE de Morata se quedó solo.

La alcaldesa encargó entonces a dos profesores de la Universidad Politécnica un informe sobre la planta. El estudio, denominado Repercusiones ambientales de una planta de generación de energía eléctrica de ciclo combinado de 1.200 megawatios en Morata, llegó al Ayuntamiento el pasado 8 de octubre. En él, la catedrática Encarnación Rodríguez y el profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales Domingo Gómez Orea analizaron 'los contaminantes y el impacto ambiental que puede producir la planta'.

En su estudio, explican que la central emitirá 'óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles'. Según estos expertos, la central lanzará al aire una cantidad de óxidos de nitrógeno que superará 'los niveles de emisión previstos en la normativa europea', si bien esto 'no supone ningún problema frente a la legislación española actual', más flexible.

El estudio señala igualmente que una central 'como ésta plantea un gran problema de ruido' y que se 'está propiciando una concentración de instalaciones industriales en el sur de la Comunidad que pueden poner en peligro otras alternativas de desarrollo y, en definitiva, la calidad de vida de sus habitantes'.

Paisaje de chimeneas

Los profesores afirman que en la zona se 'ubica industria pesada y ambientalmente conflictiva: vertedero de Valdemingómez, industria cementera, minería, canteras y graveras que dan una imagen de muy baja calidad; desde la distancia se observa un paisaje de chimeneas, y desde cerca, un espacio donde, en muchos lugares, la naturaleza queda anulada por una alta concentración de actividad económica'. Concluyen afirmando que la planta 'va a tener efectos disuasorios sobre la afluencia de visitantes y turistas' y que 'deberían estudiarse con detalle los efectos acumulativos en un espacio proclive a la acumulación de actividades no aceptadas en otros espacios regionales que se consideran de mayor excelencia'.

Tras leer el informe, Concepción Loriente convocó un pleno. En él se acordó que 'ningún morateño conceda jamás las licencias municipales que necesita la planta', según indicó ayer.

Pero esta decisión obligará además al Ayuntamiento a romper unilateralmente el convenio firmado con Entergy que facilitaba a la empresa 11 hectáreas de suelo. Un portavoz de la compañía mostró su 'preocupación' por el acuerdo municipal.

De todas formas, la multinacional ha pedido ya al Gobierno que la central sea declarada de utilidad pública, lo que le permitiría expropiar los terrenos que no le sean vendidos.

Actualmente, el proyecto es estudiado por el Ministerio de Medio Ambiente. Si el informe es positivo, la planta se pondrá en marcha. En caso contrario, la cementera Portland, también situada en Morata, podría recuperar su plan para quemar residuos industriales para alimentar sus hornos. La Consejería de Medio Ambiente había pedido a sus responsables que aparcasen el proyecto de incineración porque no podían coexistir dos industrias contaminantes en el municipio. Pero si Entergy no construye su planta, la cementera tendría vía libre para quemar residuos.

El consejero de Medio Ambiente, Pedro Calvo, consideró 'excesiva' la decisión del Ayuntamiento de oponerse a la central térmica. 'Esta postura deja en evidencia al Ayuntamiento, que primero la apoyó y luego la rechaza'. dijo. Medio Ambiente había presentado duras alegaciones al proyecto.