Servicios ¿públicos?
El pasado día 15 de octubre, varios usuarios de la piscina del Complejo Deportivo Hytasa entregamos una queja al director de dicho recinto suscitada por la reducción de las calles, de la modalidad de baño libre, durante el horario de 19.00 a 20.00 horas. Esta actividad de natación solía disponer de varias calles dependiendo del horario del día, pero a partir de las 16.00 horas hasta las 23.00 tenía un mínimo de tres calles (baño lento, medio y rápido). De pronto nos dicen que a partir de octubre estas calles, durante el horario de 19.00 a 20.00, serán reducidas a dos. El resultado es que no podemos desarrollar la actividad como debiéramos, tropezamos unos con otros y se saturan las calles, a pesar del tope impuesto de 10 personas por cada una de ellas. El motivo que se nos indica para esta reducción es el alquiler de una calle a un club privado. Dicho club, por cierto, posee unas buenas instalaciones en Sevilla pero, eso sí, no dispone de piscina cubierta. Por lo visto, esta práctica mercantilista se realiza también con otras instituciones.
Yo me pregunto: ¿Cómo puede una institución pública, como es el Instituto de Deportes, alquilar a otras privadas unas instalaciones que son de todos los contribuyentes? Y son estos los que como tales contribuyentes tienen el derecho, no en tanto miembros de un club privado, ya que todo el que quiera entrar ha de ponerse a la cola desde las 6.00 de la mañana o incluso antes, cuando se abre el periodo de vacantes.
¿Cómo puede decirse entonces que no hay plazas para el ciudadano de a pie y sí existen para los miembros de clubes que tienen por dónde colarse? Si no hay plazas, no las debe haber para nadie, y si las hay, su reparto debe guiarse por el principio de igualdad de condiciones para todos los ciudadanos. La piscina es un servicio público que tiene su razón de ser en ofrecer calidad al ciudadano. Que no tengamos que decir que 'lo público no funciona' porque sea imposible desarrollar determinadas actividades. Y no olvidemos que el ciudadano de a pie puede que no tenga posibilidad de acceder a ningún club privado, ante lo cual no tiene más remedio que aceptar la calidad que se le ofrece. Confío en que los responsables reflexionen.
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