La oposición critica las insuficiencias del plan de campos de golf
Felip Puig presentó ayer al Parlament el Plan Director de Campos de Golf de Cataluña. Lo hizo con un retraso notable que le costó, el pasado mes de mayo, una reprobación de la Cámara por incumplir sus mandatos. La oposición le recriminó el retraso y también el contenido del proyecto. Socialistas, republicanos e Iniciativa coincidieron en calificar de 'insuficiente' el plan, que contó con el apoyo entusiasta de CiU y el PP.
Puig pidió disculpas varias veces por el retraso, pero en ninguna de ellas mostró verdadero dolor de los pecados y en todas justificó la dilación. En la última incluso aseguró que es imposible cumplir el reglamento del Parlament. Algún diputado ironizó sobre el hecho de que fue aprobado por CiU.
El plan establece las condiciones que deben cumplir los campos de golf sin hablar, en modo alguno, de posibles limitaciones. Puig, a preguntas de la diputada de IC-V Bet Font, lo dejó claro: 'No queremos campos que no cumplan las condiciones; de los otros, tantos como se pueda'.
Falta de controlFont había recriminado a Puig que el plan no establezca controles sobre las instalaciones. La opinión de Puig es que el asunto era fruto de las obsesiones derivadas del pasado comunista de la formación. Font añadió que el Gobierno catalán cierra los ojos cuando los controles perjudican a determinados intereses económicos y puso como ejemplo el caso de los nitratos en Osona. Puig tampoco respondió a la pregunta de la diputada sobre el problema que suponen las construcciones que se acumulan en torno a los campos de golf (urbanizaciones y hoteles).
El diputado de ERC Xavier Vendrell cuestionó una de las, en opinión de Puig, principales aportaciones del plan: la obligación de usar en parte agua regenerada. En opinión de Vendrell, esa agua debería tener otros destinos menos elitistas. Los 64 campos de golf existentes en Cataluña suponen un consumo mínimo de agua de 30 hectómetros cúbicos. El plan propone la regularización de los campos de golf, lo que llevó al diputado Oriol Ne.lo (PSC) a preguntar qué pasa con los no regularizados. Nel.lo cree, con todo, que la mejor solución sería imponer un canon al agua de riego de estos campos. Puig rechazó la propuesta.
