Suiza autoriza un plan de rescate de Swissair de 2.820 millones de euros
La flota de la compañía Swissair, que atraviesa su peor crisis, seguirá volando gracias a un ambicioso plan de rescate de 4.240 millones de francos suizos (2.820 millones de euros) autorizado ayer por el Gobierno y que incluye fondos privados. El objetivo es crear una nueva aerolínea de bandera que sustituya a Swissair y que tendrá como núcleo a Crossair, su antigua filial regional.
El paquete de ayuda financiera se estructura en dos fases. Swissair, que presentó la suspensión de pagos hace tres semanas, recibirá 1.500 millones de francos suizos (algo más de 1.000 millones de euros) para operar hasta el mes de abril, cuando Crossair asumirá dos tercios de sus vuelos. El Gobierno ya concedió un crédito a Swissair de 450 millones de francos suizos (300 millones de euros) para mantenerla en el aire hasta el 28 de octubre después de que su flota permaneciera dos días inactiva por falta de dinero para hacer frente a las facturas de combustible.
Mientras tanto, Crossair será recapitalizada con una inyección de 2.740 millones de francos suizos (1.820 millones de euros). Al final del proceso, el capital de la antigua filial regional, que se convertirá en la nueva aerolínea de bandera helvética, estará en manos de un grupo de empresas privadas (62%), el Estado suizo (20%) y los Gobiernos de los cantones (18%).
En el camino, más de 5.000 empleados se quedarán en la calle, el 7% de la plantilla. 'La solución elegida no impedirá la eliminación de miles de empleos, pero esta crisis representa una oportunidad para Suiza', indicó ayer el presidente suizo y titular de la cartera de Transportes, Moritz Leuenberger. El plan de reestructuración de Swissair, bautizado como Operación Fénix, fue autorizado tras una frenética semana de negociaciones para reunir el apoyo suficiente entre las empresas suizas que justificaran la aportación del dinero de los contribuyentes de la Confederación.
Inyección pública
Las arcas públicas suizas soportarán buena parte de la carga. El Estado contribuirá con 2.100 millones de francos suizos (1.400 millones de euros), los cantones aportarán 400 millones y un grupo de compañías privadas suizas desembolsará 1.690 millones. La ciudad de Zúrich tomará a su cargo otros 50 millones de francos suizos. Roche, Nestlé, Ciba, Novartis, Swisscom, Swiss Re y Deutsche Bank se encuentran entre las empresas inversoras. La aportación privada incluye las contribuciones anteriores realizadas por la gran banca (UBS y Crédit Suisse Group).
Se trata de los mismos bancos que el 1 de octubre, tras estallar la crisis en Swissair, compraron al grupo áereo suizo su participación (70%) en Crossair. La nueva compañía, nacida de la absorción por Crossair de buena parte de las actividades aéreas de Swissair, 'tiene grandes posibilidades de éxito, aunque también existen riesgos', admitió el ministro de Finanzas, Kaspar Villiger.
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