Durango, en blanco y negro

La suya es la única tienda de fotos de Durango que no luce en el exterior el cartel de 'revelados en una hora'. Si usted necesita rápidamente unas fotografías en color, mejor será que pase de largo; pero si es uno de esos aficionados al arte del blanco y negro, entre a saludar a los hermanos Angoitia: José Luis, Jon y Sabino.

Cuando se les pregunta si alguna vez creyeron que el color acabaría con el blanco y negro, responden con un rotundo 'no' y una sonrisa de complicidad con la parecen querer decir que el tiempo les ha dado la razón. Fruto de ese apego a las viejas técnicas y de su propia calidad profesional es la muestra Retratos: 1949-1977, un repaso a tres décadas de historia de la villa a través del objetivo de estos veteranos fotógrafos, que estárá abierta al público hasta el 4 de noviembre en el Museo de Arte e Historia de Durango.

La exposición consta de 50 imágenes que reflejan distintos ámbitos como el deporte, las fiestas, tradiciones y también distintos acontecimientos sociales y políticos. Las más antiguas datan de 1949, año en abrió sus puertas Foto Sol, la tienda de los hermanos Angoitia.

Son fotos que muestran la vida cotidiana de la época. En ellas la protagonista absoluta es la gente corriente, gente que vive y ríe aún en los años más oscuros de la posguerra. 'Ese detalle', explica Manuel López, director de la revista Foto, 'contradice de plano la teoría, cada vez más extendida, que nos quiere hacer ver sólo tristeza y silencio en las gentes durante la larga noche de piedra de los años del franquismo'. Este experto ha colaborado en la edición de un libro que recogerá las fotografías seleccionadas para la muestra.

Gran parte de la producción de los hermanos Angoitia está dedicada al deporte, fruto de su labor como fotógrafos de prensa durante dos décadas. Algunas de esas instantáneas sirvieron incluso para dilucidar, aseguran, el nombre del vencedor en más de una prueba ciclista, 'porque entonces no había fotofinish'. La imagen más reciente de las que aparecen en la muestra fue realizada el 21 de julio de 1977 y corresponde a la primera aparición pública de Los Extrañados tras su vuelta al País Vasco.

Lo más difícil ha sido elegir esas 50 fotografías entre las cerca de 100.000 que guardan en la trastienda. A pesar de que estos días están siendo objeto de homenaje por sus 50 años de trabajo y su aportación a la historiografía local, confiesan que nunca se sintieron más que fotógrafos que aman su trabajo. 'Todo lo hemos hecho con el corazón, ése es nuestro único secreto', afirma José Luis Angoitia.

En el laboratorio de estos hermanos, los negativos siguen siendo clichés. Las fotos se 'hacen' o se 'sacan', pero jamás se toman. Tal vez no recuerden el apellido de aquel niño que, para salir bien en la foto, precisó 'más de diez placas'; pero no olvidan la composición de los líquidos de revelado hechos a mano: 'cinco gramos de hidroquinona, 15 de iconógeno y 50 de carbonato de potasa'.