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Los niños saudíes aprenden en la escuela a recelar de los cristianos

El libro de texto de una de las cinco clases de religión obligatorias en los 10 cursos de la escuela pública saudí aborda la complicada cuestión de con quién deben ser amables los buenos musulmanes. Después de advertir de los riesgos de tener amigos cristianos y judíos, la lección concluye: 'Es obligatorio que los musulmanes sean leales los unos a los otros y que consideren enemigos a los infieles'.

Esta visión extremista y antioccidental ha impregnado la educación saudí con altas dosis de instrucción religiosa obligatoria, según fuentes oficiales e intelectuales saudíes. Además, esa doctrina ha llegado a dominar el debate público de la religión en las mezquitas, en la televisión e incluso en Internet. Los innumerables esfuerzos por extender el fundamentalismo islámico más allá de las fronteras del reino han trasladado el mensaje a lugares como Afganistán.

Algunos saudíes creen que el odio hacia lo occidental ayuda a Bin Laden y a otros extremistas a encontrar una cantera de jóvenes moldeables en Arabia Saudí a los que pueden convencer de que su fe permite la violencia contra los no musulmanes.

Como resultado, muchos temen que la educación que reciben los adoctrine sin cualificarlos para trabajar. Se estima que unas 50.000 personas fracasan al encontrar un empleo cada año. El desempleo se cifra en un 30% de la población menor de 25 años, un segmento que constituye la mitad de los 14 millones de personas que habitan Arabia Saudí.

Ofrecer una ilusión

'Explotan a la mitad de los ciudadanos medianamente educados y a los que no tienen cultura, y les ofrecen la ilusión de que ése es el verdadero islam', asegura Adnan Jalil Basha, secretario general de la Organización Internacional de Consuelo Islámico.

Los ataques del 11 de septiembre han reabierto el debate sobre la religión que estudian los niños saudíes. Los padres dicen que hasta un tercio de la educación se basa en la religión. En los primeros años, el plan de estudios se centra en pequeñas cosas, como reglas para la oración. Pero en la escuela secundaria al menos uno de los seis cursos está dedicado a estudiar temas religiosos, que incluyen interpretaciones de textos sagrados y modos de conservar la pureza de la fe.

A algunos padres les preocupa que el sistema destaque demasiado la religión. Un estudiante no puede pasar al siguiente nivel si pierde una clase de religión, cosa que no ocurre con otras materias. La educación no fomenta las preguntas del alumno. 'Parece inocente, sólo intentan enseñar religión, pero de forma soterrada es un mecanismo de reclutamiento', señala un profesor de humanidades de la Universidad King Sau, en Riad. 'Si un alumno muestra entusiasmo, se le introduce en el círculo y de pronto, ¡bang!, coge una pistola y se va a Afganistán a luchar por el islam.

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