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ESCÁNDALO FINANCIERO

El Banco Central de Luxemburgo alertó a la CNMV sobre Gescartera en enero de 1999

La entidad financiera cuestionó la operación que salvó a la empresa de Camacho de ser intervenida

El 17 de junio de 1999, el consejo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dio por bueno un certificado del HSBC (Hong Kong and Shangai Bank Corporation) que garantizaba la creación de una sociedad de inversión en capital variable, Gescartera Internacional, en Luxemburgo. Esa certificación sirvió para neutralizar la sospecha de que existía un descuadre de 4.500 millones en Gescartera y evitó su intervención en 1999. Meses antes, en enero, el Banco Central de Luxemburgo había alertado a la CNMV sobre la 'idoneidad' de que Gescartera fuese copromotora de dicha sociedad de inversión.

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Dossier:: El 'caso Gescartera'

Seis meses antes de que el certificado del HSBC fuera utilizado en el citado consejo de la CNMV para neutralizar las sospechas del equipo de supervisión que investigaba Gescartera, bajo el mando de David Vives, sobre el paradero de 4.500 millones de pesetas, el organismo supervisor había recibido señales de alarma del propio Banco Central de Luxemburgo.

Así se desprende de una carta que José María Ruiz de la Serna, como responsable de Gescartera, envió al director general del HSBC Investment, Salvador Pastor, en la que admitía haber recibido de la CNMV una 'solicitud de información motivada por escrito del Banco Central de Luxemburgo sobre la idoneidad de que Gescartera Dinero figure como copromotor de la Sicav [sociedad de inversión en capital variable]'.

Ruiz de la Serna mostraba su indignación en la carta ante la petición de información de la CNMV: 'No somos comercializadores ni distribuidores de acciones de la Sicav: tampoco figuramos ni como administradores ni gestores de los patrimonios una vez concluido el proceso de constitución y puesta en marcha de la Sicav'.

Alarmado por la solicitud del Banco Central de Luxemburgo, el responsable de Gescartera urgía al director del HSBC a solventar el problema: 'Te ruego que, a la mayor brevedad posible, si no puede ser hoy tiene que ser mañana por la mañana, te pongas en contacto con la CNMV y aclares los términos de nuestro compromiso con la Sicav'. El escrito de De la Serna consideraba tan inquietante la actitud de las autoridades bancarias de Luxemburgo que amenazaba con entablar las 'pertinentes acciones judiciales si tal caso fuera necesario', por entender que violaba la 'legislación española'.

Carta del HSBC

El 2 de agosto de 1999, en carta a Gescartera, el HSBC ratificó que tal conversación con la CNMV se produjo: 'Les confirmamos que nuestra entidad, de manera oficial, no ha comunicado la existencia de Gescartera Internacional Sicav a la CNMV, toda vez que nunca fue requerido para ello'. No obstante, a principios de 1999, Salvador Pastor, director general de esta entidad, mantuvo una conversación telefónica con Sonia Martínez, de la CNMV, donde se comentaron aspectos generales relativos a la sicav en cuestión'. La sociedad de inversión fue finalmente registrada en marzo de 1999, aunque Antonio Camacho, propietario de Gescartera, sólo esgrimió su existencia días antes del consejo del 16 de abril de 1999 para evitar la intervención de su sociedad justificando el supuesto destino de más de 4.000 millones de pesetas.

La CNMV, pese a la requisitoria del Banco Central de Luxemburgo de enero de 1999, sólo pidió oficialmente información al HSBC el 24 de agosto de ese año, cuando el jefe de vigilancia de mercados de la CNMV, Antonio Botella, requirió por escrito detalles de la operación para una investigación 'rutinaria' sobre la Sicav.

En la carta, la CNMV preguntaba al HSBC lo que no preguntó en junio, cuando dio el visto bueno a su certificado: el saldo de la cuenta para comprar acciones de la Sicav. El banco respondió un día despues: el saldo en la cuenta para comprar acciones de la Sicav apenas había variado: 154 millones en junio y 163 millones a fines de agosto. Muy lejos de los casi 5.000 millones proyectados.

Esta respuesta destapaba la trampa del certificado del HSBC del 10 de junio de 1999, que sólo indicaba que se había recibido la lista de suscriptores (854 titulares), pero no registraba ni una sola peseta ingresada para comprar las acciones. El 2 de agosto se usaba aún el mismo artificio en un escrito de HSBC a Gescartera: 'Se han recibido solicitudes de suscripción de acciones por un importe de casi 5.000 millones'.

De la correspondencia de Gescartera Dinero se infiere una segunda trampa: el Banco Central de Luxemburgo puso pegas a que esta sociedad comercializase acciones de Gescartera Internacional. Pese a la rotundidad de Ruiz de la Serna ('no somos comercializadores ni distribuidores de acciones de la Sicav'), una misiva de la sociedad de Camacho al HSBC, de 2 de agosto, recordaba que algunos de sus clientes 'han realizado inversiones ordenadas' por Gescartera. En una carta de septiembre al HSBC, tras naufragar el proyecto, Gescartera llegó a pedir una indemnización por daños y perjuicios.

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