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Bosnia, tierra de asilo para el extremismo islámico

Cientos de musulmanes que lucharon contra serbios y croatas forman parte de las redes terroristas de Bin Laden

Cientos de extremistas islámicos extranjeros que se hicieron ciudadanos bosnios después de combatir contra las fuerzas serbias y croatas representan ahora una posible amenaza terrorista contra Europa y Estados Unidos, según un informe confidencial del Departamento de Estado norteamericano.

Entre los extremistas hay terroristas implacables, algunos vinculados a Bin Laden, protegidos por militantes del antiguo Gobierno bosnio. Sarajevo es 'una zona de preparación y un refugio seguro' para terroristas, ha dicho un ex alto funcionario estadounidense.

El informe secreto, elaborado a finales de 2000 para el Gobierno de Clinton, advertía sobre la existencia de ciudadanos conflictivos con pasaporte bosnio, en un número 'que escandalizó a todo el mundo', según el ex funcionario. La Casa Blanca pidió a Bosnia y su entonces presidente, Alija Izetbegovic, que hicieran algo, 'pero no pasó nada', añade.

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Al parecer, varios de esos extremistas 'viajan y organizan, escondidos tras sus pasaportes, actos terroristas contra objetivos occidentales'.

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Un argelino de nacionalidad bosnia, 'un aprendiz de Bin Laden', intentó introducir explosivos en 1998 para un grupo terrorista egipcio que planeaba destruir instalaciones militares estadounidenses en Alemania. La CIA interceptó el envío.

Uno de los principales lugartenientes de Bin Laden -un palestino con pasaporte bosnio- disponía de agentes en Bosnia.

Tras el fracaso del atentado contra las bases norteamericanas en Alemania, EE UU suspendió un programa de ayuda militar a Bosnia en 1999, en un intento de obligar a la deportación del líder del grupo, el argelino Abdelkader Mojtari, también conocido como Abu el Maali, considerado como el máximo dirigente de las células terroristas que operan en Bosnia, Pakistán y Afganistán.

Al final, cuando Estados Unidos amenazó con suspender toda ayuda económica, Izetbegovic expulsó a El Maali. Hace dos meses, al parecer, estaba entrando y saliendo del país sin problemas. Se cree que ahora está en Afganistán.

La secretaria de Estado de Clinton, Madeleine Albright, pidió personalmente a Izetbegovic que expulsara a los sospechosos de terrorismo o les retirara sus pasaportes bosnios.

Izetbegovic rehusó -explican varias fuentes-, aparentemente por lealtad a los luchadores que habían acudido al rescate de su país. Alegó que muchos se habían casado allí y eran ciudadanos de pleno derecho.

Aunque Izetbegovic dejó el poder en octubre de 2000, en la Administración bosnia permanecen muchos partidarios de la línea dura, sospechosos de manejar redes de espionaje propias, al margen de la ley, que protegen a extremistas islámicos.

A principios de este mes, el nuevo ministro del Interior de Bosnia citó 'fuentes de confianza' al afirmar que era posible que decenas de colaboradores de Bin Laden estuvieran intentando huir de Afganistán, antes de que comenzaran las represalias norteamericanas, y buscaran refugio entre simpatizantes en Bosnia. El ministro se comprometió a interceptar a cualquiera que intentase entrar en el país.

Representantes de EE UU y la Sfor reconocen que el nuevo Gobierno de coalición en Sarajevo es más receptivo a la hora de combatir el terrorismo. Desde el 11 de septiembre, Bosnia ha emprendido una revisión de pasaportes y ha organizado una enorme ofensiva contra los ciudadanos nacionalizados que están buscados por policías de otros países. Ya han detenido y extraditado a varios.

Bosnia posee una amplia población musulmana, la mayor parte de la cual no practica una forma estricta del islam.

Un funcionario del Departamento de Estado ha advertido de que 'hablar desmesuradamente del problema del terrorismo en los Balcanes beneficia a los intereses de mucha gente', en referencia al sentimiento antimusulmán existente entre otros grupos étnicos de la zona. Sin embargo, añadía, 'eso no quiere decir que no haya criminales capaces de explotar el relajo de la seguridad y utilizar como escondite'.

Hasta ahora, los intereses occidentales en los Balcanes no han sido objetivos terroristas. Ahora bien, según un responsable de las fuerzas de pacificación en Bosnia, la policía local asegura que 'existen planes para atentar contra los intereses de Occidente en Bosnia cuando se produzcan ataques de represalia en Afganistán'.

Bosnia, tradicionalmente, ha servido de 'destino de descanso' para los miembros de la organización de Bin Laden y otros extremistas, según funcionarios estadounidenses. Los pasaportes bosnios son especialmente valiosos, porque no necesitan visado de entrada a otros países musulmanes.

Con el Gobierno de Izetbegovic, el sistema de inmigración estaba tan desorganizado que los aliados de Bin Laden 'cogían cajas de pasaportes en blanco y se limitaban a imprimirlos', explica el ex funcionario del Departamento de Estado.

Entre las personas a las que, según los servicios de información occidentales, se les concedieron la nacionalidad y el pasaporte bosnios está el palestino Abu Zubeida, uno de los más estrechos colaboradores de Bin Laden. Zubeida estaba encargado de los contactos con otras redes terroristas islámicas y controlaba la admisión a los campos de entrenamiento en Afganistán. Organizó el entrenamiento para los fracasados atentados del milenio en Canadá y Jordania y un frustrado atentado suicida contra la Embajada de EE UU en París, según informes de la investigación.

Zubeida también le pidió a Ahmed Ressam, que había participado en el plan para hacer estallar una bomba en el aeropuerto de Los Ángeles, que obtuviera pasaportes canadienses en blanco con el fin de poder introducir a otros terroristas en EE UU; así lo atestigua Ressam, condenado por su participación en la trama y que está cooperando con la policía.

Otro terrorista con credenciales bosnias es Karim Said Atmani, un marroquí que vivió con Ressam en Montreal y que pertenecía al grupo responsable del atentado frustrado de Los Ángeles, según testimonios. El Gobierno bosnio lo detuvo en abril y lo extraditó a Francia, donde aguarda juicio.

Desde 1992, hasta 4.000 voluntarios del norte de África, Oriente Próximo y Europa fueron a Bosnia para luchar contra los nacionalistas serbios y croatas, en defensa de sus hermanos musulmanes. Se les denominó muyahidin. Un analista militar los describió como 'buenos combatientes e implacables'.

'Creo que los musulmanes no habrían sobrevivido sin ellos', afirmaba recientemente Richard Holbrooke, ex responsable de las negociaciones de paz en los Balcanes. En aquella época, estaba quedando patente la ineficacia de las fuerzas de pacificación de la ONU a la hora de proteger a los civiles bosnios, y el embargo de armas había reducido la capacidad de lucha de Bosnia. No obstante, Holbrooke considera que la llegada de los muyahidin fue 'un pacto con el diablo' del que Bosnia está todavía recobrándose.

Los acuerdos de paz de Dayton, Ohio, en 1995, estipulaban que las unidades muyahidin fueran desmanteladas y abandonaran los Balcanes. Pero se quedaron unos 400, según cálculos bosnios.

Aunque el informe del Departamento de Estado sugiere que el número podría ser más elevado, un responsable de la Sfor calcula que en la actualidad no viven más de 200 militantes de origen extranjero en Bosnia, y de ellos, sólo unos treinta constituyen el núcleo vinculado directamente al terrorismo. 'Ésos son los malos, los que deben preocuparnos', dice el funcionario.

Al mismo tiempo, dice que 'otros cientos' de extremistas islámicos, con y sin pasaportes bosnios, 'salen y entran', y que Bosnia sigue siendo un centro de reclutamiento y apoyo logístico para Al Qaeda.

Según los investigadores franceses, Kamel dirigía una célula terrorista en Montreal. Otros miembros eran Ressam, Atmani y un tercer compañero de casa, Mustafá Labsi. Como Kamel, Atmani había luchado en Bosnia y estaba próximo a El Maali. Un responsable de la policía estadounidense dice que Atmani era un 'guerrero loco con una nariz tan rota y torcida que podía olfatear a la vuelta de la esquina'.

Más tarde, creen las autoridades, los tres compañeros fueron juntos a Afganistán para entrenarse con vistas a un ataque terrorista en Estados Unidos. Volvieron a Occidente después de enterarse de que su objetivo iba a ser el aeropuerto de Los Ángeles. La conspiración se vio interrumpida cuando Canadá deportó a Atmani a Bosnia.

Cuando Ressam, que viajaba solo, fue capturado en la frontera con un coche de alquiler lleno de explosivos, las autoridades de Estados Unidos intentaron rastrear a su ex compañero de vivienda Atmani. Tenían informaciones de que estaba de viaje entre Sarajevo y Estambul, pero las autoridades bosnias negaron incluso que Atmani hubiera sido deportado allí. Posteriormente, los investigadores se enteraron de que, seis meses antes, le habían concedido un nuevo pasaporte bosnio.

Atmani formaba parte del grupo terrorista mencionado en el informe secreto del Departamento de Estado. Permaneció a salvo de una extradición internacional hasta este año, cuando el nuevo Gobierno de coalición de Bosnia lo detuvo y lo entregó a Francia.

Kamel, el presunto líder del grupo, fue detenido en Jordania y extraditado a Francia, donde cumple condena. Ressam y Labsi también están en la cárcel. Todos los miembros de la antigua célula de Montreal están condenados por pertenecer a una red terrorista que se originó en Bosnia.

© Los Ángeles Times

La larga mano del saudí

Un experto estadounidense de la lucha antiterrorista confirma que en Bosnia sigue habiendo 'varios cientos' de antiguos muyahidín. En la guerra de Bosnia estaban organizados en una unidad de muyahidín llamada El Moujahed, en Zenica. El saudí Bin Laden financió pequeños convoyes de reclutas a través de sus empresas en Sudán, así como a través de organizaciones islámicas en Milán y Estambul, grupos a los que, posteriormente, se les ha vinculado con el tráfico de pasaportes y armas. Desde entonces se ha identificado a El Moujahed como 'la cuna común' de la que surgió una red terrorista internacional que acabó extendiéndose desde Oriente Próximo hasta Canadá. Abu el Maali, su líder durante la guerra de Bosnia, es aún una figura enigmática, carismática y popular entre los muyahidín, pero apenas conocida fuera. Documentos judiciales franceses afirman que hoy es El Maali quien dirige las células terroristas en Bosnia, Pakistán y Afganistán.

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