El PP, a la espera de la crisis
Buena parte de los dirigentes del Partido Popular admite en estos momentos que el Gobierno necesita 'ser relanzado', 'un cambio serio' o 'nuevo fuste'. La maquinaria del PP está prácticamente convencida de que el presidente José María Aznar tiene que poner en marcha una crisis de Gobierno que nadie cree que se pueda producir antes de que finalicen los trabajos de la comisión de investigación del Congreso de los Diputados sobre el caso Gescartera, pero que ya casi todos consideran urgente. Un importante sector del partido confiesa además su desconcierto, porque siempre ha considerado a Rodrigo Rato como su candidato a la sucesión y ahora cree posible su salida del Gabinete.
'La elección de fecha corresponde en exclusiva al presidente Aznar, que tendrá en cuenta la presidencia española de la UE a partir del 1 de enero y todas las circunstancias que crea oportunas', explica un significado miembro del grupo parlamentario. Aznar no suele comentar, ni con las personas de su confianza, temas que sean de su exclusiva competencia y la experiencia demuestra que no suele hablar con nadie de sus planes de remodelación gubernamental. Aun así, dentro de su partido se considera que, si el próximo 21 de octubre, como dicen sus encuestas, vuelven a obtener mayoría absoluta en Galicia, se abrirá un buen periodo para los cambios.
La ausencia de Rato como candidato dejaría mucho más abierto el proceso de sucesión y obligaría a un gran sector del PP a realinearse detrás de otra persona
En cuanto a la amplitud de la crisis, el mismo diputado considera que el presidente no puede cambiar de golpe a medio Gabinete, pero que tampoco puede limitarse a sustituir a una persona. 'El presidente siempre sorprende en estos casos con reasignaciones no previstas de ministerios', asegura.
La posible crisis y el asunto Gescartera están condicionando y alterando tanto la agenda política, que ni tan siquiera el debate sobre los presupuestos ha logrado atraer la atención de los diputados: las reuniones de la comisión correspondiente se han desarrollado con una raquítica asistencia de parlamentarios, incluso de sólo tres.
El mayor interés del debate político se centra, tanto en el PP como en la oposición, en el futuro del ministro de Economía. Las presiones, desde dentro y fuera del partido, son muy evidentes, e incluso personas próximas a Rato aceptan que su imagen pública y, sobre todo, su posición dentro del PP se ha visto deteriorada.
Por primera vez, la reacción de Rato en el Parlamento ha provocado el desconcierto entre sus filas. 'Yo no diría que estamos desconcertados como grupo. Simplemente, algunos nos hemos sentido sorprendidos por la excesiva reacción de Rato en la crisis de Gescartera, hasta el extremo de preguntarnos si no estará actuando por su cuenta', explica un veterano diputado popular, que admite no formar parte del grupo más cercano al vicepresidente.
Cómo realinearse
Las dudas sobre si Rato está calibrando sus propias fuerzas dentro del partido y del grupo antes de tomar, unilateralmente, una decisión sobre su carrera política son las que han desatado más especulaciones en el PP.
Rato es una figura clave para el proceso de sucesión de Aznar, y un núcleo importante del PP -e incluso algunas personalidades del propio Gobierno- confiaban en agruparse en torno a su candidatura para apuntalar su propia continuidad política. La ausencia de Rato como candidato dejaría abierto el proceso de sucesión y modificaría el congreso del PP previsto para primeros de año. Entre otras cosas, porque obligaría a un sector muy amplio del partido a realinearse detrás de una persona diferente.
El momento clave será la finalización de los trabajos de la comisión de investigación, dentro de tres o cuatro semanas. 'Se puede garantizar que las conclusiones de la comisión no afectarán al vicepresidente económico', asegura un dirigente del PP próximo a La Moncloa.
Sin embargo, en el mejor de los casos y con la óptica más benigna, quedará patente que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha funcionado durante mucho tiempo como una jaula de grillos, con grandes tensiones internas . 'Eso es un problema político, con responsabilidades directas para Rodrigo Rato, y lógicamente tiene que preocupar a Aznar', admite un miembro del Gobierno.
Aunque a toro pasado los análisis son mucho más fáciles, algunas personas próximas a Rato creen ahora que el vicepresidente cometió varios errores en esta legislatura. El más grave fue no aceptar un cambio de cartera, concretamente el Ministerio de Exteriores. Para un experto diputado popular, los políticos en el poder deben cambiar de ministerio si quieren seguir muchos años en activo: 'Basta observar a Álvarez Cascos, que ahora está como una rosa, o a Mariano Rajoy, que en estos momentos, en su nueva cartera de Interior, tiene un papel bastante más interesante'.
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