Varios cientos de jóvenes antisistema causan graves destrozos en el barrio de Sants
La policía detiene a 28 personas, de las que seis son menores de edad
Varios cientos de jóvenes antisistema causaron ayer graves destrozos en el barrio de Sants, de Barcelona, después de que la policía les impidiera boicotear la concentración de ultraderechistas de la plaza de Sant Jordi, en Montjüic, para homenajear a la bandera española con motivo del Día de la Hispanidad. Los incidentes se saldaron con 28 detenidos, seis de ellos menores de edad, y un herido leve. Los jóvenes violentos sembraron el caos: asaltaron seis oficinas bancarias, las sedes de dos compañías aseguradoras y una inmobiliaria. Los vecinos se quejaron de la tardanza en actuar de la policía nacional.
Los detenidos serán acusados de atentado contra la autoridad y desórdenes públicos
Según la policía, estaban coordinados y sabían cuáles eran sus objetivos
Los incidentes comenzaron poco antes de mediodía. A las 12.00 horas en punto varios grupos de ultraderecha habían convocado el tradicional Homenaje a la Bandera en una plaza del parque de Montjuïc. Al mismo tiempo, unas treinta entidades de todo tipo, desde okupas hasta libertarios pasando por independentistas radicales, habían convocado una marcha de protesta contra el acto ultraderechista. Varios centenares de jóvenes se sumaron a esta convocatoria e intentaron llegar hasta el punto de la montaña de Montjuïc donde los ultraderechistas celebraban su ceremonia.
Para evitar enfrentamientos entre ambos grupos, la policía desplegó un impresionante cordón de seguridad que imposibilitó a los jóvenes llegar hasta los ultras, lo que interpretaron como una 'provocación' de la policía. Llegados a este punto, los jóvenes se disgregaron y algunos de ellos comenzaron a destrozar mobiliario urbano al tiempo que instalaban barricadas en los alrededores de la montaña de Montjuïc y en la Gran Via.
Pero los vándalos no se conformaron con esto. Después de cortar la circulación, se dirigieron a una sucursal de La Caixa, situada en la Gran Via, de la que rompieron los cristales y a la que prendieron fuego mientras otros jóvenes destrozaban los ordenadores e intentaban destruir papeles y todo lo que se les ponía de por medio. 'Es la guerra al capital', vociferaban algunos de ellos. Mientras varias decenas de jóvenes acababan de destrozar la primera sede bancaria, otros grupos provocaron desperfectos en coches aparcados enfrente y prendieron fuego a los contenedores de basura para impedir la llegada de las fuerzas de seguridad. Minutos después destrozaban una agencia inmobiliaria cercana. La oleada de destrozos afectó a otras tres sucursales de La Caixa, a una de Caixa Catalunya, a otra del Banco Santander Central Hispano y a dos oficinas de las aseguradoras Mapfre y Catalana Occidente.
Los métodos utilizados fueron calcados. Jóvenes casi adolescentes armados con piedras y algunos con barras de hierro rompían los cristales mientras otros aprovechaban para entrar en las oficinas y destrozar lo que podían. Después de los incidentes la policía detuvo a 28 personas, seis de las cuales eran menores de edad. Según la policía los jóvenes que participaron en los altercados estaban 'totalmente coordinados' y 'sabían cuáles eran sus objetivos'.
El portavoz del Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, Ernest Maragall, afirmó tras los incidentes de Sants que el consistorio 'se personará como parte acusadora en el proceso judicial' que se abrirá contra los responsables de los destrozos. Maragall afirmó: 'Estamos ante una acción de violencia que no podemos tolerar desde el punto de vista democrático'. 'Nuestra obligación es actuar con la capacidad y los instrumentos democráticos para impedirlo o tomar acciones', añadió. En el apartado de desperfectos en mobiliario urbano, el Ayuntamiento ha contabilizado seis contenedores quemados y tres cabinas telefónicas destrozadas. Fuentes municipales aseguraron anoche que el mobiliario urbano dañado ya está siendo reemplazado.
Los detenidos serán acusados de los delitos de atentado por agredir a agentes de la autoridad, desórdenes públicos, daños y lesiones, y según fuentes policiales, podrían empezar a pasar a disposición judicial a partir de hoy, aunque probablemente quedarán en libertad.
Un portavoz de la Delegación del Gobierno en Cataluña condenó los actos vandálicos, que calificó de 'intolerables'.
La manifestación antifascista no había sido comunicada oficialmente a la Delegación del Gobierno.
Los incidentes en la jornada del 12 de octubre en Barcelona se han convertido en algo habitual. Las proclamas fascistas y racistas lanzadas habitualmente por los participantes en el Homenaje a la Bandera provocan importantes manifestaciones de rechazo entre colectivos de la práctica totalidad de ideologías. Algunas de estas manifestaciones, como la del año 1999, han acabado con serios incidentes. En aquella ocasión grupos autodenominados antifasciastas causaron graves desperfectos en tiendas y entidades financieras de la calle de Sants, a poca distancia del punto donde ayer se producieron los desperfectos.
La Delegación del Gobierno en Cataluña asegura que no se puede prohibir la concentración ultraderechista. 'Una manifestación es un derecho fundamental mientras sea pacífica y no necesita autorización previa', recordó ayer esta administración. Casi cada año, jóvenes participantes en el acto ultraderechista acaban causando incidentes en el centro de Barcelona, donde en ocasiones se producen agresiones racistas. Ayer no se registraron incidentes, aunque algunos de los utraderechistas se dirigieron al centro de Barcelona en coche lanzando proclamas fascistas.
La plataforma Bloqueo Antifascista, que habló en nombre de los manifestantes, acusó a la policía de 'cargar sin motivo' y disparar balas de goma contra los manifestantes que querían boicotear la concentración ultraderechista de Montjuïc.
¿Donde está la policía?
Boquiabiertos e indignados. Así quedaron los vecinos del barrio de Sants al comprobar la magnitud de los destrozos causados por los jóvenes radicales. '¿Dónde está la policía?', se preguntaban, mientras los jóvenes se perdían con impunidad por los callejones. 'La policía no ha aparecido hasta que todo estaba en calma', aseguró el propietario de un bar de la zona. La policía no intervino hasta casi media hora después de iniciarse los desperfectos. Un portavoz del Cuerpo Nacional de Policía lo justificó afirmando que su prioridad era evitar que los manifestantes se enfrentaran con los ultraderechistas, si bien no pudo impedir que jóvenes de la ultraderecha lanzaran proclamas fascistas en Sants finalizado el Homenaje a la Bandera.
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