Aves y humedales

Este fin de semana se ha celebrado el Día Mundial de las Aves. En la Comunidad contamos con gran variedad de aves derivada de los diferentes hábitats de nuestras comarcas. Sin embargo nuestra avifauna ha de enfrentarse año tras año a una serie de amenazas que por desgracia las administraciones competentes no se deciden a enfrentar. Este año nos vamos a centrar en la amenaza que para las aves supone la caza (a punto está de comenzar una nueva temporada), en uno de nuestros más característicos ecosistemas, los humedales, tanto por el riesgo de abatirse especies protegidas como por el problema que supone el depósito de perdigones de plomo en el lecho de las charcas y los embalses en los que se caza. Esos perdigones luego son ingeridos por aves como el emblemático flamenco rosa o como la amenazada malvasía cabeciblanca al confundirlos con las pequeñas piedrecillas que precisan para triturar su alimento en la molleja, produciéndose su debilitamiento y su muerte conforme el plomo se va disolviendo y pasando a la sangre. Este problema, conocido como plumbismo, es de plena actualidad debido a la reciente decisión de la Consejería de Medio Ambiente de no aplicar durante las dos próximas temporadas de caza en los humedales valencianos la prohibición de cazar con perdigones de plomo, prohibición establecida por real decreto del Ministerio de Medio Ambiente, en vigor desde el 1 de octubre. Parece ser que la Comunidad, junto a Cataluña, van a ser las dos únicas autonomías que van a impedir la aplicación inmediata del real decreto, un triste honor para una de las comunidades que cuenta con uno de los más importantes conjuntos de humedales del estado español, muchos de ellos (L'Albufera, El Hondo) con un importantísimo problema de acumulación de perdigones de plomo en sus lechos.

De modo que la solución nos parecía sencilla, y así se la propusimos a Medio Ambiente: no autorizar la caza en los humedales hasta que los cazadores acrediten poseer escopetas seguras para usar la nueva munición de acero.

Esa solución no perjudicaría a las aves acuáticas y evitaría posibles situaciones de riesgo para los cazadores. Dede luego la solución adoptada por Medio Ambiente, retrasar dos años más la prohibición de cazar con plomo, beneficia únicamente a los cazadores al disponer de más tiempo para adaptarse al nuevo marco normativo, y perjudica a la conservación de numerosas especies de aves acuáticas que la consejería tiene la obligación de proteger. El real decreto excluye cualquier excepción que implique un perjuicio para las aves ligadas a las zonas húmedas, por lo que la decisión de la consejería estaría vulnerando las determinaciones del real decreto.