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'Espero tener suerte y seguir haciendo lo mismo que hasta ahora'

El nuevo académico, desde ayer, es un hombre tranquilo y de suaves maneras. Una larga cola de gente peripuesta rodeaba por la tarde el edificio de la Academia, esperando poder entrar para escucharle. Él, un erudito que ha logrado casar a la lingüística y la informática, saludaba dentro a unos y a otros, sereno. 'No, de momento no estoy nervioso, igual luego tengo cosquillas en el estómago, pero de momento no'. Vestido de frac, amable y entre reclamo y reclamo, atendía a los periodistas. 'No creo que encuentre muchas diferencias entre lo que estaba haciendo y lo que haré en el futuro. Lo que espero es que no cambie, que tenga suerte y me dejen hacer lo que venía haciendo hasta ahora. Aunque tenga que ir a comisiones y plenos'.

Hay algo de su nueva situación que le emociona de manera particular. 'Codearse con los maestros'. ¿Con alguno en especial? 'Con todos', dice diplomático, 'y no sólo como académicos, sino en muchos órdenes de la vida, científico, técnico...'.

El ambiente ayer de la Academia era más sobrio que cuando ingresa un escritor muy conocido, por ejemplo. No había famosos, ni ruido en los pasillos. Era el día de los lingüistas, de los técnicos, y éstos no suelen prodigarse. Pero la sala donde se leen los discursos estaba llena. Unas quinientas personas, entre amigos, gente del mundo de la Universidad y algunos jóvenes de una editorial que venían por primera vez a la Academia, con la curiosidad del primerizo. De su tierra, de Galicia, había llegado Darío Villanueva, rector de la Universidad de Santiago.

En las filas de los asientos situados a ambos lados del estrado le acompañaban también muchos de sus futuros compañeros de viaje en la Academia, con los que él está 'orgulloso' de viajar: Víctor García de la Concha, Domingo Yndurain, Fernando Lázaro Carreter, Emilio Lledó, Antonio Mingote, Mario Vargas Llosa, Juan Luis Cebrián, Ángel Martín Municio, Camilo José Cela, Antonio Colino, Eduardo García de Enterría, Gregorio Salvador, Valentín García Yebra, Eliseo Álvarez y Emilio Lorenzo.

A las siete en punto entró por la alfombra roja, entre aplausos y la gente puesta en pie, el nuevo académico Guillermo Rojo acompañado de Ignacio Bosque, quien leería el discurso de contestación, y Luis María Anson, que según él mismo diría 'iba de cabestro'. En la mesa se situaban el director de la RAE, García de la Concha, Camilo José Cela y el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca.

Dejó constancia el académico del 'enorme agradecimiento' por haber sido elegido. 'Sé muy bien que la modestia no se encuentra entre mis escasas virtudes y creo que la falsa modestia tampoco figura entre mis muchos defectos. Sólo puedo decir que pueden estar seguros de que pondré el mayor esfuerzo, todo lo que mis conocimientos puedan dar de sí y mi mejor voluntad en cumplir las tareas que me encomienden'. En él recae, junto a otros, ampliar el banco de datos y reflejar el español en la actualidad 'y eso no se acaba nunca, porque la realidad es cambiante'.

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