Sólo el 2% de los ancianos que necesitan atención en casa la tienen
En Barcelona, el servicio de atención domiciliaria está bajo mínimos
Las administraciones defienden cada vez con más insistencia el derecho de los ancianos a envejecer en casa, pero las cifras revelan que queda un largo camino por recorrer para alcanzar este objetivo en Cataluña, especialmente en la provincia de Barcelona. En Cataluña sólo gozan de servicios de atención domiciliaria públicos el 1,77% de los ancianos mayores de 65 años que los necesitan.
En la provincia de Barcelona, la cobertura de este servicio no alcanza el 1%, un porcentaje irrisorio que no sólo es inferior al de otras comunidades autónomas, como Andalucía (2,80%) y el País Vasco (2,76%), sino que se aleja notablemente de las cifras de otros países europeos. En Dinamarca, por ejemplo, 25 de cada 100 personas mayores de 65 años que necesitan atención domiciliaria disponen de esta ayuda, y en Francia la cobertura de este servicio alcanza al 11% de los ancianos.
Ya sea porque no han hallado plaza en las escasas residencias geriátricas financiadas públicamente o porque prefieren permanecer en su hogar, cada vez son más los ancianos que viven solos o acompañados de su pareja y que necesitan la ayuda de otras personas para realizar las tareas cotidianas.
La atención a domicilio es uno de los servicios que los ancianos de la provincia de Barcelona echan más en falta, según coinciden estudios realizados por 40 municipios y la Diputación para conocer las necesidades de la tercera edad.
La familia lo asume
Hasta hace unos años, el cuidado de los ancianos no ingresados en residencias recaía en gran medida sobre las mujeres, pero la progresiva incorporación de la población femenina al mercado de trabajo amenaza la continuidad de este modelo de atención domiciliaria familiar e impone la necesidad de contratar estos servicios con profesionales. Ante la prácticamente nula ayuda institucional para recibir atención a domicilio, muchos de los ancianos se ven obligados a pagar este servicio de su bolsillo con la colaboración económica de sus hijos. Pero no todas las personas mayores pueden hacerlo.
Inmaculada Moraleda, diputada de Bienestar Social de la Diputación de Barcelona, reconoce que la actual situación no podrá soportarse muchos años más, ya que se verá agravada por un mayor envejecimiento de la población y por el debilitamiento del pilar que han ejercido las mujeres durante años en el cuidado de los ancianos. Según el Instituto de Estadística de Cataluña, las personas mayores de 75 años constituirán el 10% de la población total en 2010 y los ancianos mayores de 65 años representarán el 19%.
La Diputación de Barcelona pretende aumentar, en un periodo de dos o tres años, el índice de cobertura de la atención domiciliaria hasta el 4%.
Pero Moraleda advierte de que los municipios no pueden conseguir el objetivo de dar atención domiciliaria por lo menos al 4% de los ancianos que la necesitan y reclama una implicación más decidida de la Generalitat. 'En materia de bienestar social, los ayuntamientos están haciendo un sobreesfuerzo para suplir los escasos recursos que obtienen de la Generalitat', afirma Moraleda.
La atención domiciliaria es competencia de los ayuntamientos en los municipios mayores de 20.000 habitantes y de los consejos comarcales en los de población menor, pero estas instituciones deben recibir partidas económicas de la Generalitat para ejercer esta función. La Diputación se queja de que estas transferencias son 'claramente insuficientes'. La entidad provincial ofrece apoyo a 207 municipios en el desarrollo de programas destinados a la tercera edad y a 55 ayuntamientos para servicios de atención a domicilio.
Según el Departamento de Bienestar Social, durante 1999 el conjunto de los municipios mayores de 20.000 habitantes de Cataluña destinaron un total de 1.372 millones a servicios de ayuda a domicilio. El 71,45% de esta inversión la aportaron los municipios; el 14,43%, la Generalitat, y el 14,11%, la Administración central.
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