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Editorial:
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Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Crisis de altos vuelos

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Las compañías aéreas europeas, al igual que las estadounidenses, están sufriendo los efectos del descenso en picado de la demanda de viajes provocado por la crisis del 11 de septiembre. Si las estadounidenses ya tienen concedidos 15.000 millones de dólares en ayudas públicas y han anunciado que recurrirán de forma radical al ajuste del empleo -están previstos 120.000 despidos-, en el espacio europeo Swissair y su filial Sabena están atravesando momentos críticos: la primera ha perdido el 85% de su valor en Bolsa en un solo día y ha forzado una intervención pública para salvar la empresa, mientras que la segunda presentó ayer expediente de suspensión de pagos.

Pero la situación ya era delicada antes. Por la propia naturaleza del negocio, el transporte aéreo suele ser muy sensible a los cambios de coyuntura, y las sombras de una recesión en EE UU y de un estancamiento en Europa vienen al menos de finales del año pasado. Tampoco está de más puntualizar que la situación europea se parece poco a la estadounidense. A este lado del Atlántico las aerolíneas proceden de antiguas empresas públicas protegidas bajo el paraguas conceptual de compañías de bandera, mientras que en EE UU las empresas son privadas. Así que los procedimientos de salvamento no pueden aplicarse con las mismas condiciones.

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No hay en principio objeciones a que las aerolíneas europeas reciban ayudas públicas, con ciertas limitaciones y condiciones. La principal limitación es que esas ayudas no pueden utilizarse en ningún caso como financiación de los ajustes de empleo; y las condiciones tienen que ver con la urgente racionalización del mercado aéreo en Europa. Un mercado unificado requiere que se rompa el nacionalismo aéreo residual derivado de las compañías nacionales y se apueste por empresas que sean capaces de reducir los costes aumentando su tamaño y sus mercados. La gravísima encrucijada actual es un momento óptimo para enfocar el negocio con una visión más amplia que la doméstica.

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