_
_
_
_

Las poblaciones del Golfo ya no apoyan a Estados Unidos

Los kuwaitíes, liberados hace 10 años por EE UU, denostan hoy las posiciones de Bush

Los prósperos y proccidentales Estados árabes del Golfo Pérsico no son países donde la gente lleve sus protestas a la calle. Así que la consternación general sobre la tolerancia estadounidense contra los palestinos y el resultado de la falta de fe en el liderazgo de EE UU son apenas visibles. Pero sí son audibles en muchas conversaciones fuera de las enraizadas y muchas veces autocráticas familias reales que han mostrado su solidaridad con la lucha antiterrorista de EE UU.

'Hasta hace poco EE UU era nuestro liberador', dice un empresario kuwaití
Sus líderes pueden reconsiderar su papel de aliados en la coalición antiterrorista
Más información
EE UU despliega cien aviones de combate en el golfo Pérsico
La UE busca el apoyo de Arabia Saudí e Irán, claves en el conflicto
Arabia Saudí niega a EE UU el uso de su territorio para dirigir la operación militar
Los musulmanes condenan el terrorismo pero advierten contra una ofensiva más amplia
A fuego cruzado entre el islam y Occidente
Los occidentales del Golfo temen ser objetivos terroristas
Las protestas contra EE UU causan violentos disturbios en Nigeria
El Gobierno afgano desmiente la deserción de su ministro de Exteriores
Un ex ministro de Kuwait denuncia el débil apoyo de su país a EE UU

'Es sorprendente', afirma Saud Alanezi, un hombre de negocios kuwaití y adicto confeso a la informática que, como mucha gente en esta región, recibió educación superior en Estados Unidos. 'No importa cuál sea el tema estos días: si EE UU está de una parte, todo el mundo quiere estar en la contraria', explica. Y añade: 'Incluso pasa aquí en Kuwait. . Muy poco tiempo antes eran nuestros liberadores'.

La causa palestina no ha sido siempre apreciada en Kuwait. Yasir Arafat, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, aparecía ante los ojos de algunos kuwaitíes como uno de los partidarios de la invasión de su país por Sadam Husein en 1990. La mayoría de los 400.000 palestinos que vivieron allí hasta febrero de 1991 se marcharon bajo la sospecha de ser colaboracionistas.

Hay una repulsión extendida por los ataques contra Nueva York y Washington del 11 de septiembre y por los métodos del principal sospechoso, Osama Bin Laden. Los sentimientos hacia los palestinos, sin embargo, son al menos igual de fuertes. 'La historia no es Bin Laden', dice Ghanim Alnajjar, director del Centro universitario kuwaití de Estudios Estratégicos, 'la historia es la injusticia hacia el pueblo palestino'.La preocupación de la opinión pública es suficientemente fuerte para que los dirigentes de los países del Golfo estén tomando nota, ya sea por temor a perder su poder o por rechazo a una guerra contra hermanos musulmanes.

'Si las matanzas israelíes de palestinos continúan', dice el jeque Abdullah bin Zaid al-Nahayan, ministro de Información de Emiratos Árabes Unidos, 'la mayoría de nosotros tendremos que reconsiderar el papel que tenemos en la coalición'. En una reunión de emergencia en Yedda (Arabia Saudí) el 23 de septiembre, los seis miembros del Consejo de Cooperación del Golfo -Arabia Saudí y sus cinco pequeños vecinos, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar- declararon tanto su apoyo a la coalición antiterrorista que pretende formar Washington, como su condena a lo que llaman 'actos terroristas' de Israel.

La riqueza petrolera de los Estados del Golfo ha tenido como consecuencia el desarrollo de niveles de vida que embotan la disidencia y diluyen las disonancias entre los modos tradicionales de vida y los rascacielos futuristas que inundan sus ciudades.

Aunque una discusión de un sábado por la noche en la Universidad de Kuwait sugiere que existe poca preocupación porque los sospechosos terroristas apunten a todo lo que signifique modernidad. El nombre del primer ministro israelí, Ariel Sharon, sale a relucir con mucha más frecuencia que el de Osama Bin Laden. Quienes preguntaban a cuatro veteranos profesores de la Facultad, los bombardearon con comentarios que arrojaban dudas sobre la identificación de Osama Bin Laden como responsable de los ataques y expresaban temor por un 'choque de civilizaciones' entre Occidente y el islam.

'¿A quién parecen beneficiar los ataques?', preguntó Ibrahim A. L. Hadban, un profesor de ciencia política. 'A Israel', contestó respondiendo a su propia pregunta. 'Así nos sentimos aquí'. Fue el único conferenciante que consiguió aplausos en la sesión de una hora.

Abdulnabi Mansour, jefe del centro de estudios e Investigación de Bahrein, señala que hay una sensación generalizada de que Estados Unidos 'ha dirigido sus esfuerzos en una sola dirección -hacia las bandas de terroristas musulmanes- mientras que ignora el terrorismo de Estado que practica Israel'. 'Existe una convicción general de que Estados Unidos está siendo injusto', añade.

Saif Almaskari, un antiguo secretario de asuntos políticos en el Consejo de Cooperación del Golfo que ahora dirige una consultoría en la capital de Omán, afirma que la gente tampoco está contenta allí. 'Esperan en vano que Estados Unidos le diga a Sharon: Basta, es suficiente'.

Todos los Estados del Golfo son sociedades conservadoras, que prohíben la bebida y censuran a los medios de comunicación para eliminar tanto los contenidos lascivos como los asuntos políticos delicados.

El presidente de Yemen (al fondo a la izquierda), durante un desfile militar con el príncipe saudí (al fondo a la derecha).
El presidente de Yemen (al fondo a la izquierda), durante un desfile militar con el príncipe saudí (al fondo a la derecha).EPA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_