Arenas alerta a los populares gallegos frente al exceso de confianza en el triunfo de Fraga

La precampaña electoral en Galicia llega a su recta final con el PP convencido de que Manuel Fraga reeditará el 21 de octubre su mayoría absoluta e iniciará su cuarto mandato al frente de la Xunta. El único nubarrón que puede ensombrecer el horizonte es el exceso de confianza. Los populares temen que la sensación de continuidad asegurada aumente el porcentaje ya alto de indecisos y abstencionistas. El secretario general del PP, Javier Arenas, alertó ayer de esos peligros y aseguró 'sin ninguna duda' que PSOE y BNG pactarán si pueden desbancar a Fraga.

El secretario general de los populares gallegos, Xesús Palmou, desgranó ayer ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP, reunido en Santiago de Compostela, una catarata de sondeos, propios y de medios de comunicación, en los que su partido no pierde ni en el peor de los escenarios la mayoría absoluta fijada en 38 escaños. La media de esos resultados le concede al PP gallego 40 diputados, dos menos que los actuales, y deja al PSOE en tercer lugar detrás del BNG. La última encuesta, publicada este fin de semana por La Voz de Galicia, es incluso más optimista para el PP, hecho que ha sembrado, sin embargo, cierta desorientación en el partido.

Fuentes de la dirección nacional del PP están observando en los últimos días con 'preocupación' el 'exceso de confianza' que se transmite en Galicia, en gran parte por la unanimidad de las encuestas al reflejar el éxito electoral de la continuidad de Fraga. Ayer, Arenas reiteró internamente ese mensaje, como hace ante los prolegómenos de cualquier elección, pero en este caso agravado además porque corrobora desde Madrid un cierto desinterés ante esta campaña.

Un desinterés que se justifica por razones muy diferentes, que van desde la concentración de la atención en la crisis internacional provocada por los atentados contra EE UU, el esfuerzo del PP por contrarrestar el daño político que le puede estar infringiendo al Gobierno el caso Gescartera y, ya en clave gallega, el cansancio por la larga precampaña que se inició con la moción de censura presentada por el BNG contra Fraga en febrero y la percepción de casi inevitable continuidad que transmite el propio candidato.

El PP gallego maneja sondeos de consumo interno en los que corrobora el alto índice de indecisos que reflejan las encuestas de los medios privados. Los populares gallegos sostienen que esos porcentajes, que antes del verano subieron hasta el 30%, han descendido algo en las últimas semanas al tiempo que mejora la puntuación de Fraga. También han concluido que la mayoría de esos indecisos proceden de votantes del PP hastiados de su gestión o que admiten que esta cita con las urnas es un fin de ciclo, pero que no asumen como alternativa a Fraga al BNG de Xosé Manuel Beiras o al PSdG de Emilio Pérez Touriño. De hecho, la mayoría de los gallegos que admite el triunfo de Fraga reclama cambios en su gobierno.

El PP incidirá estos días en la necesidad de movilizar hasta las urnas los votos ahora virtuales, aunque ayer Palmou desautorizó al presidente de la Diputación de Pontevedra, Manuel Albeledo, que pretendía montar una red de transporte de votantes para esa jornada.

Para subrayar el miedo a la posible alianza de BNG y PSOE, Arenas aseguró ayer que ambos partidos pactarán tras las elecciones e identificó al Bloque con las formaciones independentistas que se alían con socialistas en Cataluña y Baleares, e incluso con el PNV en Euskadi y sus pretensiones rupturistas del marco constitucional.