Profesores de Religión

La problemática situación laboral del profesorado de Religión no es nueva; durante muchos años han venido soportando unas condiciones laborales y salariales enormemente precarias (sin contrato de trabajo, sin Seguridad Social) que, gracias a las acciones decididas y tenaces de algunas organizaciones sindicales como la USO, han podido ir mejorando progresivamente.

Este curso se han conocido varios casos, algunos ciertamente chocantes. Pero no son nuevos, ni tampoco las causas que aparecen son las únicas. ¿Las actuaciones han sido las mismas en estos casos? Desde luego, las consecuencias para el profesorado afectado sí han sido las mismas: el desempleo. Sin embargo, esas organizaciones que ahora se convierten en adalides de los derechos de este profesorado, en los casos anteriores -en todos los años anteriores- han guardado el mayor mutismo y continúan silentes respecto al verdadero problema de fondo que es el carácter anual de los contratos y la falta de criterios objetivos de selección.

Esas organizaciones, durante todos estos años, se han olvidado de los más de 13.000 profesores de la asignatura de Religión, probablemente por ser profesores de esa materia. Muchos de los que ahora salen en defensa de los afectados, durante todos estos años se han mostrado radicalmente contrarios a la normalización laboral de estos docentes; esas organizaciones -políticas y sindicales- han sido las más beligerantes a la hora de rechazar que se imparta la asignatura de Religión en los centros públicos, sin tener en cuenta que su pretensión llevaría al paro a todo el profesorado de Religión, solucionando así todos sus problemas laborales.

Todos los esfuerzos que hemos ido poniendo a lo largo de estos años comenzaron a dar frutos en 1998, ya que desde ese momento estos docentes han sido considerados como trabajadores por cuenta ajena, con derechos laborales y sindicales que nunca han tenido, a pesar de la oposición de los sindicatos que ahora salen a la opinión pública como abogados defensores de todas las libertades.

Llevamos más de 12 años luchando por la dignificación laboral de este profesorado, al que consideramos como a cualquier otro grupo de trabajadores, y al que no utilizamos para 'batallas ideológicas', como ahora, sin ningún pudor, están haciendo otros.