_
_
_
_
Tribuna:CALIDAD DEL AIRE Y CAMBIO CLIMÁTICO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La respuesta valenciana a los desafíos de Kioto

El autor apuesta por reforzar la sostenibilidad del modelo de desarrollo diseñado por la Consejería de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana

La cumbre del clima celebrada, hace unos meses, en Bonn concluyó con un compromiso que superó los negros augurios que sobre el Protocolo de Kioto se cernían unas semanas antes con la posición vacilante de Estados Unidos y su influencia en países como Japón, Canadá y Australia, que en su conjunto emiten más del 50% de los gases responsables del efecto invernadero.

Finalmente, la VI Conferencia de las Partes de dicho protocolo sobre el cambio climático, formada por 180 países, alcanzó un acuerdo razonable que ha permitido, con la sola excepción de Estados Unidos, integrar a todo el mundo en el cumplimiento de este objetivo vital para el futuro de nuestro planeta.

Este acuerdo tiene dos características que lo hacen especialmente singular. Por primera vez en la historia de la humanidad, la ciencia ha permitido anticipar cambios en el funcionamiento global de la tierra con las correspondientes repercusiones actuales y sobre todo futuras, sobre los ecosistemas planetarios. En segundo lugar, porque también por primera vez y desde hace muchos años, Europa recupera el liderazgo político y moral en la escena internacional

La repoblación de la masa forestal contribuye a hacer realidad el compromiso de Kioto

Nuestra Comunidad como territorio plenamente integrado en la Unión Europea, no debe sólo plantearse el mero cumplimiento de este compromiso sino que debe asumir un papel importante en España y Europa en pos de la consecución de un desarrollo sostenible. Éste se ve fundamentalmente amenazado en nuestros días por el calentamiento global causante del cambio climático que es la causa del aumento de los acontecimientos climáticos extremos.

Asumir este compromiso no debe ser para nosotros ni un ejercicio de filantropía ni responder a una moda pasajera. Tenemos mucho que perder porque la riqueza de nuestro medio ambiente es uno de nuestros principales activos en el contexto europeo, y al mismo tiempo, estamos insertos en uno de los territorios más sensibles a las consecuencias de dicho cambio climático.

Muchas pueden ser las consecuencias de dichos procesos: en la salud y seguridad de la población, en las infraestructuras, en las propiedades, en la procesos productivos o en la calidad del medio. Entre éstas, hay que destacar el aumento del nivel del mar, que agravaría la regresión costera afectando a unos espacios donde se concentra la mayor parte de nuestra población y riqueza económica; la desertificación, que no sólo es la pérdida de suelo por erosión sino también su degradación y la disminución de los recursos hídricos; los riesgos catastróficos, con el incremento del fenómeno de la torrencialidad y las inundaciones.

El hecho de que estos problemas tengan una escala causa-efecto que transciende con mucho el reducido ámbito regional, no exime, sino todo lo contrario, de la aplicación del principio inspirador de la Carta de Valencia 'piensa globalmente y actúa localmente', que, afortunadamente, han adoptado la totalidad de los Estados y Regiones de nuestro entorno en la concepción de sus políticas medioambientales.

Asumiendo esto, ¿en qué puede contribuir la Comunidad Valenciana al objetivo global de reducción de emisiones fijado en el Protocolo de Kioto? La respuesta es sencilla: reforzando la sostenibilidad de nuestro modelo de desarrollo. Esto quiere decir, tal y como demanda el propio Tratado de la Unión Europea, integrar estos objetivos medioambientales en todas y cada una de las políticas sectoriales.

Desde programas tan ambiciosos y extensos, como el Programa Operativo 2000-2006, hasta Planes tan concretos como el Plan Eólico, se han formulado teniendo en cuenta su contribución a este gran objetivo medioambiental. Por poner un ejemplo, el mencionado Plan Eólico permitirá un ahorro de emisiones a la atmósfera equivalente al efecto de sumidero de una superficie de bosque del tamaño de la provincia de Castellón. La potenciación del ferrocarril, particularmente la implantación de la Alta Velocidad, van a reducir considerablemente los desplazamientos en otros modos más contaminantes, de la misma manera que lo hará el transporte público en desplazamientos urbanos y metropolitanos o la apuesta por fuentes de energía menos contaminantes como el gas natural.

Con todo, no hay que olvidar las políticas medioambientales específicas de control de emisiones, especialmente ante las expectativas de aumento en el nivel de los requisitos que se van a implantar en Europa. En este sentido, es de destacar la importancia que la política forestal tiene en la lucha contra el cambio climático en nuestra Comunidad en sus dos aspectos, los incendios forestales y el mantenimiento y mejora de nuestros montes. Los incendios suponen, por un lado, una importante emisión de gases generadores del efecto invernadero al tiempo que una destrucción de una de las fuentes más importantes para su absorción.

Una eficaz política de prevención y extinción junto con la repoblación y regeneración de la masa forestal es una de nuestras mejores contribuciones al compromiso de Kioto. La reducción desde 1995 en más de siete veces la media de hectáreas quemadas en los últimos treinta años ha contribuido a una reducción anual del 1% del total de emisiones de la Comunidad Valenciana, a las que hay que sumar el conjunto de la masa forestal de nuestro territorio cuya buena salud permite absorber el 20% de estos gases.

Éstas, junto a otras consideraciones, están siendo objeto de estudio en los trabajos preparatorios de la Estrategia de Calidad del Aire y Gestión del Cambio Climático de la Comunidad Valenciana cuyo avance fue hecho público hace escasas fechas. Es éste un documento que personifica la voluntad del Gobierno Valenciano de elaborar una política avanzada y decidida en la materia. El intenso trabajo desplegado por la Administración Valenciana en colaboración con los expertos nacionales e internacionales más destacados posibilitará su presentación antes del fin de este año.

Es voluntad de la Consejería de Medio Ambiente crear el próximo año, en el marco de un Congreso Mediterráneo sobre la materia, un Foro para el estudio y coordinación de políticas en materia de calidad del aire y del cambio climático en la zona mediterránea. A la constitución de este foro se invitará a las regiones mediterráneas españolas y de otros países así como a las instituciones Europeas (Comisión Europea y Agencia Europea del Medio Ambiente) y miembros más destacados de la Comunidad científica. La creación de dicho foro tiene, entre otros, por objeto constituir en la Comunidad Valenciana un Observatorio Mediterráneo sobre calidad del aire y cambio climático.

Con su creación y la elaboración de la Estrategia, la Generalitat Valenciana contará con unos instrumentos decisivos sobre los que articular sus políticas en materia de calidad del aire y cambio climático en consonancia con las intervenciones más novedosas que las diferentes administraciones vienen desarrollando sobre el tema. Así, sobre la base de la definición de los objetivos a alcanzar, el Plan determinará una serie de acciones potenciales que exigirán reorientar políticas tan importantes como la de transportes, industria, energía o construcción.

En el desarrollo de esta estrategia y al haber fijado como una de sus prioridades el análisis del cambio climático y sus consecuencias, la política científica y tecnológica del Consell está desempeñando un papel fundamental. Fruto de ello han sido los estudios realizados por el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) con el apoyo de la Generalitat Valenciana sobre el papel de los bosques en la absorción de los gases del efecto invernadero y la relación entre las medidas locales de los flujos de carbono y los balances a escala regional, continental y local que han sido ampliamente reconocidos en la cumbre de Bonn.

En definitiva, asumimos plenamente los compromisos del Protocolo del cambio climático conscientes de que van a suponer un esfuerzo del conjunto de la sociedad valenciana, pero también siendo conocedores de las grandes oportunidades tecnológicas, científicas y de mejora de nuestro medio ambiente que se nos presentan, y que sin duda contribuirán a la consecución de una mejora en la calidad de vida de todos y cada uno de nuestros ciudadanos.La cumbre del clima celebrada, hace unos meses, en Bonn concluyó con un compromiso que superó los negros augurios que sobre el Protocolo de Kioto se cernían unas semanas antes con la posición vacilante de Estados Unidos y su influencia en países como Japón, Canadá y Australia, que en su conjunto emiten más del 50% de los gases responsables del efecto invernadero.

Finalmente, la VI Conferencia de las Partes de dicho protocolo sobre el cambio climático, formada por 180 países, alcanzó un acuerdo razonable que ha permitido, con la sola excepción de Estados Unidos, integrar a todo el mundo en el cumplimiento de este objetivo vital para el futuro de nuestro planeta.

Este acuerdo tiene dos características que lo hacen especialmente singular. Por primera vez en la historia de la humanidad, la ciencia ha permitido anticipar cambios en el funcionamiento global de la tierra con las correspondientes repercusiones actuales y sobre todo futuras, sobre los ecosistemas planetarios. En segundo lugar, porque también por primera vez y desde hace muchos años, Europa recupera el liderazgo político y moral en la escena internacional

Nuestra Comunidad como territorio plenamente integrado en la Unión Europea, no debe sólo plantearse el mero cumplimiento de este compromiso sino que debe asumir un papel importante en España y Europa en pos de la consecución de un desarrollo sostenible. Éste se ve fundamentalmente amenazado en nuestros días por el calentamiento global causante del cambio climático que es la causa del aumento de los acontecimientos climáticos extremos.

Asumir este compromiso no debe ser para nosotros ni un ejercicio de filantropía ni responder a una moda pasajera. Tenemos mucho que perder porque la riqueza de nuestro medio ambiente es uno de nuestros principales activos en el contexto europeo, y al mismo tiempo, estamos insertos en uno de los territorios más sensibles a las consecuencias de dicho cambio climático.

Muchas pueden ser las consecuencias de dichos procesos: en la salud y seguridad de la población, en las infraestructuras, en las propiedades, en la procesos productivos o en la calidad del medio. Entre éstas, hay que destacar el aumento del nivel del mar, que agravaría la regresión costera afectando a unos espacios donde se concentra la mayor parte de nuestra población y riqueza económica; la desertificación, que no sólo es la pérdida de suelo por erosión sino también su degradación y la disminución de los recursos hídricos; los riesgos catastróficos, con el incremento del fenómeno de la torrencialidad y las inundaciones.

El hecho de que estos problemas tengan una escala causa-efecto que transciende con mucho el reducido ámbito regional, no exime, sino todo lo contrario, de la aplicación del principio inspirador de la Carta de Valencia 'piensa globalmente y actúa localmente', que, afortunadamente, han adoptado la totalidad de los Estados y Regiones de nuestro entorno en la concepción de sus políticas medioambientales.

Asumiendo esto, ¿en qué puede contribuir la Comunidad Valenciana al objetivo global de reducción de emisiones fijado en el Protocolo de Kioto? La respuesta es sencilla: reforzando la sostenibilidad de nuestro modelo de desarrollo. Esto quiere decir, tal y como demanda el propio Tratado de la Unión Europea, integrar estos objetivos medioambientales en todas y cada una de las políticas sectoriales.

Desde programas tan ambiciosos y extensos, como el Programa Operativo 2000-2006, hasta Planes tan concretos como el Plan Eólico, se han formulado teniendo en cuenta su contribución a este gran objetivo medioambiental. Por poner un ejemplo, el mencionado Plan Eólico permitirá un ahorro de emisiones a la atmósfera equivalente al efecto de sumidero de una superficie de bosque del tamaño de la provincia de Castellón. La potenciación del ferrocarril, particularmente la implantación de la Alta Velocidad, van a reducir considerablemente los desplazamientos en otros modos más contaminantes, de la misma manera que lo hará el transporte público en desplazamientos urbanos y metropolitanos o la apuesta por fuentes de energía menos contaminantes como el gas natural.

Con todo, no hay que olvidar las políticas medioambientales específicas de control de emisiones, especialmente ante las expectativas de aumento en el nivel de los requisitos que se van a implantar en Europa. En este sentido, es de destacar la importancia que la política forestal tiene en la lucha contra el cambio climático en nuestra Comunidad en sus dos aspectos, los incendios forestales y el mantenimiento y mejora de nuestros montes. Los incendios suponen, por un lado, una importante emisión de gases generadores del efecto invernadero al tiempo que una destrucción de una de las fuentes más importantes para su absorción.

Una eficaz política de prevención y extinción junto con la repoblación y regeneración de la masa forestal es una de nuestras mejores contribuciones al compromiso de Kioto. La reducción desde 1995 en más de siete veces la media de hectáreas quemadas en los últimos treinta años ha contribuido a una reducción anual del 1% del total de emisiones de la Comunidad Valenciana, a las que hay que sumar el conjunto de la masa forestal de nuestro territorio cuya buena salud permite absorber el 20% de estos gases.

Éstas, junto a otras consideraciones, están siendo objeto de estudio en los trabajos preparatorios de la Estrategia de Calidad del Aire y Gestión del Cambio Climático de la Comunidad Valenciana cuyo avance fue hecho público hace escasas fechas. Es éste un documento que personifica la voluntad del Gobierno Valenciano de elaborar una política avanzada y decidida en la materia. El intenso trabajo desplegado por la Administración Valenciana en colaboración con los expertos nacionales e internacionales más destacados posibilitará su presentación antes del fin de este año.

Es voluntad de la Consejería de Medio Ambiente crear el próximo año, en el marco de un Congreso Mediterráneo sobre la materia, un Foro para el estudio y coordinación de políticas en materia de calidad del aire y del cambio climático en la zona mediterránea. A la constitución de este foro se invitará a las regiones mediterráneas españolas y de otros países así como a las instituciones Europeas (Comisión Europea y Agencia Europea del Medio Ambiente) y miembros más destacados de la Comunidad científica. La creación de dicho foro tiene, entre otros, por objeto constituir en la Comunidad Valenciana un Observatorio Mediterráneo sobre calidad del aire y cambio climático.

Con su creación y la elaboración de la Estrategia, la Generalitat Valenciana contará con unos instrumentos decisivos sobre los que articular sus políticas en materia de calidad del aire y cambio climático en consonancia con las intervenciones más novedosas que las diferentes administraciones vienen desarrollando sobre el tema. Así, sobre la base de la definición de los objetivos a alcanzar, el Plan determinará una serie de acciones potenciales que exigirán reorientar políticas tan importantes como la de transportes, industria, energía o construcción.

En el desarrollo de esta estrategia y al haber fijado como una de sus prioridades el análisis del cambio climático y sus consecuencias, la política científica y tecnológica del Consell está desempeñando un papel fundamental. Fruto de ello han sido los estudios realizados por el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) con el apoyo de la Generalitat Valenciana sobre el papel de los bosques en la absorción de los gases del efecto invernadero y la relación entre las medidas locales de los flujos de carbono y los balances a escala regional, continental y local que han sido ampliamente reconocidos en la cumbre de Bonn.

En definitiva, asumimos plenamente los compromisos del Protocolo del cambio climático conscientes de que van a suponer un esfuerzo del conjunto de la sociedad valenciana, pero también siendo conocedores de las grandes oportunidades tecnológicas, científicas y de mejora de nuestro medio ambiente que se nos presentan, y que sin duda contribuirán a la consecución de una mejora en la calidad de vida de todos y cada uno de nuestros ciudadanos.

Fernando Modrego es consejero de Medio Ambiente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_