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Las diputaciones tienen a 257 menores acogidos en 201 familias temporalmente

Más de 600 menores residen en los 51 pisos y los centros de acogida del País Vasco

Las diputaciones vascas tienen actualmente a 257 menores conviviendo en 201 familias en régimen de acogida. Este sistema, a caballo entre la estancia en residencias y la adopción, proporciona un ambiente familiar temporal a aquellos niños que no pueden ser cuidados por sus padres biológicos por distintos motivos. La aceptación social del acogimiento está aún lejos de la que tienen las adopciones, sobre todo las internacionales. En la lista de espera de adopciones hay 310 solicitudes, de las que 292 son para niños extranjeros. Las peticiones de acogimiento no llegan a 20.

Es previsible que el número de familias acogedoras aumente, según afirma el psicólogo Javier Múgica, coordinador del equipo Agintzari, un servicio de la Diputación de Vizcaya para su programa de acogimiento. Sólo 36 familias vizcaínas, de 109 que se interesaron, tienen menores en acogida (39). De ellos, el 59% son niñas.

En Álava, en lo que va de año sólo se han formalizado dos nuevas acogidas. En el mismo tiempo, 12 menores han llegado a esta provincia en adopción internacional y seis, en nacional. Actualmente, hay 66 menores que viven en 55 familias de acogida alavesas, según datos del departamento de Bienestar Social de la institución. En Guipúzcoa, en el primer semestre de este año, la Diputación tiene a 152 menores repartidos en 110 familias. De ellos, 79 están con lo que se denomina familia extensa [acogida por algún miembro de su familia biológica].

'Mucha gente no distingue el acogimiento de la adopción. Creen que es un primer paso para adoptar y no es así', recalca Múgica. La Diputación de Vizcaya había recibido en septiembre un total de 177 solicitudes de adopción; en Álava, 47, y en Guipúzcoa, 152.

Ingreso en residencias

El objetivo del acogimiento familiar es asegurar el desarrollo del menor en el seno de una familia, mientras la suya se recompone. La familia de acogida recibe la guarda y la reponsabilidad de atender al menor y educarle como si fuera un hijo propio, aunque legalmente no lo sea. El menor mantiene relaciones con sus padres, hermanos y familiares mientras dure la acogida, explica el experto.

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Mugica señala que aún prevalece el ingreso de menores en instituciones o residencias cuando su familia no puede hacerse cargo de ellos. Más de 600 menores residen en 51 pisos y centros de acogida en Euskadi, para lo que las tres diputaciones destinan este año un total de 2.500 millones de pesetas.

B. E., que prefiere no ser identificada, es madre de una hija de 13 años y ha tenido tres hijos de acogida; uno de ellos, de 12 años, convive actualmente en su familia. La primera que acogió a un niño en Vizcaya fue 'hace tres o cuatro años', recuerda. 'El primero fue muy intenso. Nos entregaron una niña de ocho años de la noche a la mañana. Era un caso de urgencia. No teníamos experiencia. Mi hija tenía un año más. Fue muy duro. No estaba acostumbrada a que la besaran. Recuerdo el día que me pidió perdón por algo. Nunca lo había hecho antes. Estuvo con nosotros dos meses y seguimos en contacto. Sabe que tiene abierta la puerta de mi casa'.

Preparados para el adiós

Después, le entregaron en acogida a un niño nigeriano de 6 meses. 'Un bebé en casa es maravilloso. Es más dependencia pero más fácil. El tercero, que es el actual, es permanente [el acogimiento no tiene fecha concreta de conclusión]. Tiene 12 años y lleva un año y medio en casa', relata B. E.

Esta mujer, como otras familias de acogida consultadas, dice que siempre hay que estar preparada para el adiós. Pero no duda de que la experiencia merece la pena.

Múgica destaca la importancia de mantener el contacto con los padres biológicos y explica que el tiempo de acogimiento siempre es supervisado por los técnicos. 'Hay un período de formación anterior al acogimiento. Después, el contacto se mantiene. Las familias pueden llamar siempre para consultar cualquier duda. Las familias no están solas y los niños tampoco'. En la actualidad, menos de veinte familias esperan un acogimiento en Euskadi.'Necesitamos familias', reclama Múgica. 'El acogimiento debe ser una alternativa a la adopción, como sucede en Europa'.

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