El 'mulá' misterioso
Siete años después de que los talibán se hicieran notorios, el mulá Mohamed Omar continúa siendo un misterio para su propio pueblo y para todo el mundo. Este clérigo, alto, barbado y tuerto, vive oculto, llevando una vida que roza la paranoia. Rara vez se aventura a salir fuera de su feudo de Kandahar ni a reunirse con extranjeros; no habla ni efectúa apariciones en público. Como los talibán han prohibido la televisión y a los fotógrafos, poca gente sabe cómo es su apariencia. 'Omar es un enigma tal, que al principio muchos afganos creían que no existía y que era un invento de los paquistaníes que apoyaban a los talibán', afirma un líder tribal afgano.
Nació en 1959 en el seno de una familia campesina sin tierra en una aldea próxima a Kandahar, y tras estudiar en una escuela religiosa llegó a ser un mulá en la mezquita del pueblo de Singesar.
Omar luchó con los guerrilleros muyahidin contra las fuerzas soviéticas de ocupación a finales de los ochenta. Él y otros compañeros se desilusionaron pronto con el creciente caudillismo militarista, los crímenes y la confusión que siguió a la salida de las tropas soviéticas en 1989. Cinco años más tarde contribuyó a crear los talibán, literalmente estudiantes islámicos, que se dedicaron a imponer la ley y el orden, y a organizar una auténtica sociedad islámica. 'Elegimos como líder al mulá Omar no por sus habilidades políticas o militares, sino por su piedad y su irrenunciable creencia en el islam', señala uno de sus allegados, el gobernador de Kandahar, mulá Mohamed Hassan. Osama Bin Laden introdujo a Omar en el amplio mundo del radicalismo islámico, la guerra santa total y el aborrecimiento al mundo no islámico. Bin Laden también contribuyó a la causa con dinero y reclutó a miles de árabes para luchar en las filas del ejército talibán.
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