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DEBATE DE PACIFICACIÓN EN EL PARLAMENTO VASCO

Ibarretxe quiere recomponer hoy la unidad de los partidos contra ETA

PP y PSE creen difícil un acuerdo de mínimos sobre pacificación

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, afronta hoy el primer pleno de la VII legislatura con el objetivo de recomponer la unidad de los partidos contra ETA. Un acuerdo que pretende dejar zanjado el enfrentamiento partidista en torno a la violencia terrorista para entrar a fondo en el debate que el Gobierno de Ibarretxe persigue desde su misma constitución en julio: el desarrollo estatutario. Los partidos que apoyan al Gobierno, PNV, EA e IU, quieren llegar a la discusión en octubre sobre el Estatuto de Gernika y el modelo de relaciones con el resto de España y Europa sin ninguna interferencia. Para eso el lehendakari propondrá hoy cerrar filas en torno a la lucha contra ETA y zanjar las diferencias con el PSE y PP sobre la base de un compromiso ético en defensa de los derechos humanos, y de solidaridad con los amenazados y las víctimas del terrorismo.

En el primer pleno de la séptima legislatura, el 'lehendakari' exhibirá los últimos éxitos de la Ertzaintza y la incorporación de IU a su Gobierno
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Ibarretxe llevará bajo el brazo a la sesión de hoy los últimos éxitos policiales de la Ertzaintza y la incorporación de IU a su Ejecutivo, para dejar patente que quiere recuperar el centro de la escena política vasca. Una centralidad que se abandonó con la firma del Pacto de Lizarra, en septiembre de 1998, y que hoy quiere empezar a reconquistar, primero aislando a Batasuna frente a la unidad antiterrorista, y luego dejando al PP -en el debate de octubre sobre autogobierno- como el más reticente al desarrollo estatutario. La incógnita es saber si las propuestas de resolución que va a presentar Ibarretxe van a recibir más apoyos que los de los tres partidos que le apoyan -que suman 36 escaños-, frente a los 39 del PP-UA, PSE y Batasuna. La oposición afronta el debate con muchas dudas respecto a la posibilidad de cerrar un acuerdo de mínimos.

Durante la pasada legislatura fueron varias las resoluciones aprobadas sobre la violencia, aunque de distinto signo. Mientras duró la tregua de ETA (hasta noviembre de 1999) PNV y EA intentaron que HB se comprometiera con las 'vías políticas y democráticas' y así lograr una mayoría de gobierno estable.

Dos días antes de que ETA anunciara el fin del alto el fuego, HB votó a favor de no dar cobertura política a la kale borroka. Rota la tregua y tras el abandono de HB de la Cámara (abril de 2000), la oposición impuso sus tesis sobre la pacificación con resoluciones en favor de la disolución de ETA o exigiendo a Ibarretxe que garantizara las libertades y demostrara eficacia contra la violencia callejera.

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JOSEBA EGIBAR (PNV)

- 1. El portavoz de la dirección del PNV, Joseba Egibar, se negó a contestar a ambas preguntas y se remitió a las declaraciones efectuadas en la rueda de prensa del pasado miércoles en Bilbao. Allí aseguró que ante el pleno de hoy 'es evidente que el debate sobre los derechos humanos es incómodo para Batasuna y para otros -en alusión al PP y al PSE, de los que dijo que 'comparten diseño y estrategia'-, el debate político les resulta molesto'. Egibar se mostró esperanzado en alcanzar 'un suelo mínimo de acuerdo' sobre la base de los derechos humanos y 'la constatación de la existencia de un problema político, que es algo que está en los prolegómenos del Pacto de Ajuria Enea'. El portavoz peneuvista dijo que el PP y el PSE 'tienen vértigo' ante el Ejecutivo vasco 'porque ante esa mayoría de 36 escaños que forma el Gobierno, la única alternativa que les queda es la de 32 o la de 32 más siete, o sea, con Batasuna. Y Batasuna tiene ese mismo complejo. Van a tener que decidirse'.

JAIME MAYOR OREJA (PP)

- 1. No acepto la comparación entre los Pactos de Ajuria Enea y Estella. Estella fue un mal sucedáneo del Pacto de Ajuria Enea, pero este último no está superado. Estella fue un acuerdo entre el nacionalismo vasco y ETA, y el Pacto de Ajuria Enea sigue siendo uno de los referentes sólidos para la pacificación del País Vasco. Estella ha sido superado por la perversión del acuerdo, aunque haya grupos que en una versión light, a plazos, todavía no renuncian a él.

La devolución de la libertad a muchos miles de vascos debe hacerse en el marco del fortalecimiento del Estado de Derecho, con el cumplimiento de la ley y en la convicción y determinación de acabar con una banda terrorista.

- 2. El objetivo inequívoco del conjunto de los demócratas debe ser combatir a ETA y a su entorno en todos los ámbitos que sea posible y con el empleo de las numerosas herramientas que la democracia pone al servicio de la sociedad para erradicar el terrorismo.

Creemos que el fortalecimiento del Estado de derecho, la colaboración policial, el aislamiento político y social de los terroristas y de quienes les apoyan, y la colaboración internacional -con la entrada en vigor de la euroorden de detención y entrega- son algunas de las iniciativas que los vascos debemos apoyar para acabar con un fenómeno, el terrorista, que es igual en todas las partes del mundo.

NICOLÁS REDONDO (PSE-EE)

- 1. No son equiparables, por su legitimidad democrática, un pacto entre los demócratas, como el de Ajuria Enea, y otro entre los nacionalistas, como el de Lizarra, basado en acuerdos previos con ETA. Creemos que el espíritu de Ajuria Enea sigue vigente y que necesitamos la unidad de partidos democráticos para enfrentarnos unitariamente al terrorismo y hacer visible ante la sociedad la unidad democrática que los ciudadanos reclaman.

- 2. En el plano político, recomponer la unidad democrática, con el objetivo de combatir y derrotar a ETA, recuperando el diálogo para tal objetivo, y no para hacer concesiones políticas al terrorismo. Habría que promover consensos básicos en materia de seguridad, defensa de las libertades, ofensiva ideológica contra ETA y reconocimiento a las víctimas del terrorismo, entre otras. Por otra parte, el Gobierno vasco debe intensificar la coordinación política y policial con el Gobierno central, poner en marcha políticas de tolerancia cero frente al terrorismo callejero de ETA y hacer valer la fuerza del Estado de derecho en aquellos ayuntamientos más afectados por la presión de ETA.

Queremos que todos los partidos puedan presentar sus listas en igualdad de condiciones. Y que se haga posible por la acción política y por la fuerza del Estado de derecho. El Gobierno vasco tiene que adoptar, en coordinación si fuera preciso con el Gobierno central, las medidas legislativas, judiciales y administrativas que sean necesarias, para garantizar que todas las fuerzas políticas podamos presentar candidaturas en las próximas elecciones locales.

RAFAEL LARREINA (EA)

- 1. La pacificación en Euskal Herria debe sustentarse en un marco estrictamente democrático, tal como preveía la Declaración de Lizarra-Garazi (Estella), que para EA sigue estando vigente; declaración que frecuentemente ha sido tergiversada y transformada por quienes quieren imponer el pensamiento único. Dicho marco, para que sea democrático, debe estar delimitado por el respeto y la exigencia de respeto de los Derechos Humanos sin ninguna excepción; por la utilización exclusiva del diálogo como instrumento para la resolución de los conflictos políticos; por el reconocimiento y respeto de la pluralidad de la sociedad vasca; por el respeto y acatamiento de la voluntad de la sociedad vasca expresada de forma democrática y pacífica.

- 2. Sólo pueden denominarse demócratas quienes estén comprometidos tanto con el respeto y la defensa de los derechos humanos de todas las personas y en todas las circunstancias, como con el respeto y acatamiento de la voluntad de la ciudadanía vasca expresada democrática y pacíficamente.

La Ertzaintza, la policía, debe actuar con la máxima eficacia, y con métodos exclusivamente democráticos, para evitar que se produzcan violaciones de derechos humanos. Los partidos deben implicarse en un diálogo abierto, en el que cada uno ponga encima de la mesa su propuesta política para intentar alcanzar una síntesis democrática que, una vez refrendada por la sociedad vasca, sirva de nuevo marco de convivencia.

Hay que poner todos los medios de que disponen los poderes públicos en apoyo de quienes se ven amenazados por tener una determinada militancia política y los partidos debemos dar todo el apoyo personal y humano a dichas personas. Pero la democracia también exige que se garantice la igualdad de oportunidades a la hora del acceso a los medios de comunicación, especialmente los públicos.

ANTTON KARRERA (IU)

- 1. Tanto el Pacto de Lizarra como el Pacto de Ajuria Enea abogaban, en primer lugar, por el cese de la violencia y el respeto a los derechos humanos como condición sine qua non para el inicio de un auténtico proceso de paz y normalización política, basado en el respeto a la voluntad popular libremente expresada.

Estas continúan vigentes. En Euskadi hay un conflicto político que debe encararse, al margen de ETA, que con sus acciones sólo provoca mucho dolor y enorme sufrimiento a un pueblo que desea pasar página a treinta años de terrorismo.

El diálogo resolutivo, democrático ha de tener su origen en una tregua ilimitada en el tiempo, y ha de sustentarse en una mesa o foro en el que no haya límites previos (defensa inquebrantable de la Constitución y el Estatuto, ni tampoco demandas maximalistas como el derecho de autodeterminación o la territorialidad).

Hay que hablar de todo, teniendo en cuenta que la última palabra la tiene siempre la ciudadanía vasca, cuyas aspiraciones deben ser recogidas en el ordenamiento jurídico y político.

- 2. Entre las medidas policiales son prioritarias la cooperación leal entre la Ertzaintza y las fuerzas de seguridad del Estado, así como la colaboración internacional, también en el campo judicial. Sobre las iniciativas políticas, el consenso, que debe residenciarse en la Cámara vasca, es ahora la mejor opción.

Los poderes públicos están obligados a prestar todo su apoyo y cobertura a las fuerzas democráticas para que puedan concurrir en igualdad de condiciones a las elecciones. La libertad y la seguridad son considerados pilares clave en la Declaración de los Derechos Humanos, y como tales deben protegerse desde todas las instituciones.

El <b></b><i>lehendakari,</i> Juan José Ibarretxe, durante el pleno de investidura el pasado 11 de julio.
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, durante el pleno de investidura el pasado 11 de julio.SANTOS CIRILO

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