Mike Figgis se adentra en la aventura insensata de 'Hotel'

'Agradezco la participación de los actores en esta aventura insensata'. La frase la hace pública el director británico Mike Figgis al final de los títulos de crédito de su película Hotel, que se proyectó el martes por la noche en una sesión especial en el Kursaal de San Sebastián. Hubo aplausos y pateos para este segundo experimento digital de Figgis -el anterior fue Time code-, en el que la pantalla se divide en cuatro partes y en cada una se van proyectando trozos o aspectos diferentes del filme. El realizador y músico británico -'yo soy un músico que hace películas', dijo ayer- vivió junto al público que abarrotaba la sala en el estreno mundial de Hotel, que tuvo que terminar a toda prisa para poder traerla a San Sebastián. 'Aunque gran parte del público respondió bien, reconozco que es difícil para un director asumir los pateos que escuché anoche', confesaba ayer por la mañana el director, ya más relajado. 'Cada vez que hago una película, me sorprende verla con el público. Nunca sé cuál va a ser su reacción. Lo bueno del cine digital es que se pueden cambiar cosas antes de su estreno', añadió Figgis.

Pero el realizador no se arrepiente de su insensatez. En realidad, es lo que busca. 'Todo el trabajo, todo el arte, es muy complicado. El cine se ha convertido en algo sencillo, y yo lo que admiro son las películas complicadas. Amo las complejidades en el arte, en la música, en la vida, porque el cerebro es una maravilla y hay que ejercitarlo', explicó Figgis. Hotel reúne un elenco de 40 actores británicos, americanos e italianos -como Rhys Ifans, Salma Hayek, Saffron Burrows, Laura Morante o Chiara Mastroianni, entre otros- en torno al rodaje de un filme dogma en un hotel del Lido de Venecia. A lo largo del trabajo se van desarrollando y encadenando varias historias.

Su formación musical y su pasión por la transgresión hacen que Mike Figgis conciba su cine como una gran ópera. Por eso no duda en afirmar que 'el cine del siglo XXI es la versión actual de la ópera; si Wagner viviera, estaría haciendo películas'.