La otra mirada de una feria comercial
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Que una feria busque hacer negocio es además de una obviedad una necesidad. Pero que además intente destacar la parte cultural y social del sector que la organiza es una apuesta. Y en el caso de la Feria Internacional del Mueble (FIM) se trata de un proyecto que funciona desde hace cuatro años y que en esta edición también se ha hecho un hueco en la programación del certamen.
Bajo el nombre genérico de La Mirada, FIM Cultural propone un análisis de la estética de las imágenes 'que percibimos a diario, y de los mensajes que ellas encierran, en el mundo del interiorismo y de los muebles', según explican sus promotores. La Mirada, que organiza el Colegio de Decoradores y Diseñadores de Interior de la Comunidad Valenciana, se ha convertido durante unos días en un foro de reflexión sobre las distintas formas de mirar el interiorismo y el diseño, 'desde el usuario hasta el autor', explica Carmen Baselga, coordinadora general de este proyecto. Cuestiones y puntos de vista que se debaten en mesas redondas que se iniciaron el lunes y que continúan mañana en el recinto de Feria Valencia. El proyecto ha servido para convocar a un buen grupo de especialistas del sector. Baselga explica la división del proyecto en dos grandes bloques, uno que 'trabaja' la mirada desde un punto de vista más global y otro que fija su atención sobre 'la mirada del autor' para la que se han elegido cuatro proyectos de otros tantos diseñadores. La casa londinense del arquitecto John Pawson, conocido representante del minimalismo; las tiendas que Santiago Miranda y Perry King diseñaron, personalizadas en cada ciudad, para la empresa Mercatrè por encargo del empresario Rodrigo Rodríguez en los años ochenta; el proyecto público de Alfredo Arribas en la plaza central del edificio del Banco Comercio de Frankfurt, que contó con la colaboración del poeta catalán Joan Brossa; y la brillantez artesanal del mobiliario diseñado por Carles Rialt para el salón de un apartamento en la Pedrera de Barcelona propiedad de Fernando Amat, son los cuatro proyectos elegidos. Sobre ellos se debatió el lunes, con el concurso de todos los implicados, clientes y creadores, y también con la reflexión profesional de la fotógrafa Mayte Piera. De cada uno de los proyectos se ha elaborado un vídeo que evita la visión unidimensional de las imágenes planas. La reflexión de las distintas formas de mirar un espacio interior es también una manera de 'desmitificar el buen o mal gusto, porque puedes no sentirte identificado con algo, pero en el fondo es tan válido como cualquier otra cosa', comenta Carmen Baselga. FIM Cultural espera conseguir que en próximas ediciones el proyecto se acerque más a Valencia y que involucre a los empresarios.
La programación cultural de la Feria del Mueble incluye la décimonovena edición del Concurso Internacional de Diseño, dirigido a profesionales y estudiantes. En esta edición, el jurado ha destacado en la categoría profesional el Banco Aero, de Lievore Alther Molina y el trabajo presentado por el joven diseñador valenciano Silvio Argudo en la modalidad de estudiante.
Es precisamente el diseño de muebles y la concepción de nuevos espacios un aspecto que FIM intenta potenciar. Un diseño que se adapte a las nuevas formas de relacionarse con el hogar, según explica el diseñador Vicente Blasco. Por eso, las últimas tendencias utilizan en sus diseños nuevos colores y sobre todo, materiales distintos. Alternativas que conviven con la madera, que tiene una carga simbólica y afectiva, según Blasco, 'muy vinculada al interior doméstico' y que también pretenden 'ayudar y asistir a la vida'. Nuevos diseños que aún no se han generalizado en el mercado. 'El comerciante tiene un bloqueo y un prejuicio respecto a lo que su público va a querer y el mismo público, al no ver [estos productos] en la tienda, los ve como un icono en una revista', asevera.
Ayer también se fallaron los premios al Diseño de Interiores. Hurtado Muebles, Cooperativa Alta Tera, Do+Ce, Gammamobel, Industrias de Muebles Martín y Kelial fueron las firmas destacadas.
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