_
_
_
_
ESCÁNDALO FINANCIERO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El reverso de Gescartera

El desarrollo noticioso del affaire Gescartera amenaza con sumirnos en la desorientación y en la perplejidad. Como sucede siempre en las inundaciones, también en las informativas, estamos con el agua de la riada al cuello y lo primero que se echa a faltar es el agua potable, la narración inteligible de los hechos relevantes, confundidos al principio con toda clase de arrastres. Así que ahora, cuando se van produciendo algunos relevos en la punta de lanza de la investigación periodística, al secarse esa fuente privilegiada de Pilar Valiente, explotada en su provecho particular por el periodista en el que Moncloa tenía puestas todas sus complacencias, empiezan a conocerse datos relevantes, que eran imposibles de interpretar en un esquema tan simplificado como el de la golfería cheli de Antonio Camacho.

La pregunta pendiente es la de por qué el susodicho gozaba de tan fuertes agarraderas. Aquí aparecen los hermanos Giménez-Reyna en un trabajo coordinado bajo la carpa del circo con terminales en Gescartera pero también en la Secretaría de Estado de Hacienda, en la Dirección de la Guardia Civil y en la SEPI. Enseguida conviene dar un vistazo al preparador de las oposiciones de Aznar y a quienes después le recomendaban agradecidos clientes con problemas haciendísticos o deseosos de encontrar un sistema de optimización fiscal. En todo caso, siempre -recordemos el caso Banesto-, junto al tráfico de dinero aparece la necesidad de garantizarse la escolta, la custodia y todo lo demás. Pero en materia de seguridad hay pocos proveedores y están muy controlados. Son empresas sometidas a la autorización estricta y a la inspección permanente del Ministerio del Interior y de los servicios de inteligencia. Por eso interesa saber que los escoltas de Camacho eran cabos en activo o en la reserva procedentes de unidades militares y tirar del hilo hasta llegar al registro mercantil, donde se encuentra Ombuds, compañía de Seguridad Sociedad Anónima, cuyo capital es 100% propiedad de otra denominada Don Corlop (sociedad patrimonial de la familia Cortina).

La consulta a los balances de Ombuds resulta desalentadora pero, sin embargo, entre sus clientes ocupan posición muy distinguida el Museo del Ejército, el Archivo Histórico Militar, el Hospital Militar Gómez Ulla y, con fecha muy reciente, las Academias Militares que han externalizado sus servicios de custodia. Ombuds presta también servicios en el ámbito de la Xunta de Galicia y tiene dos delegaciones en Erandio y en Llodio, al parecer para cumplir mejor otras tareas de escolta. Si, como es sabido, Gescartera gestionaba el dinero negro de sus clientes especiales y lo hacía llegar a sus destinos opacos fuera del país era necesaria una sistemática, un operativo con portadores de toda garantía y disciplina sostenida en el tiempo. Ahora se trata de averiguar quiénes eran los tripulantes de los lujosos vehículos que llevaban en el portaequipajes tan valiosos maletines repletos de billetes usados sin numeración correlativa.

Al mismo tiempo, hay que seguir la pista de los forofos del fútbol que acudieron a la finalísima de París invitados a cuerpo de rey por Antonio Camacho. Ya sabíamos del coronel José Giménez-Reyna, inductor de los depósitos en Gescartera de los ahorros del malhadado Patronato de Huérfanos de la Guardia Civil, pero debemos incorporar otro acompañante, el también coronel de la benemérita Jesús Trapero Sánchez, integrante de la misma promoción y con destino en la unidad de delitos fiscales del Ministerio del Interior. Ahí se están investigando las filtraciones que desde el archivo de Operfis (Operaciones fiscales) se hacían a los comerciales de Gescartera para que alertaran a quienes habían detectado en malos pasos fiscales y les ofrecieran salir de ellos adhiriéndose a la clientela de Camacho. Mientras tanto, cunde la extrañeza porque siga sin remitirse a la Comisión Parlamentaria la investigación anunciada por el director de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, que de manera incomprensible tampoco se ha personado en el proceso de Gescartera como hizo la mutualidad de la Policía.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_