_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Responsables

Chaves va marcando un ritmo más moderado, es lo suyo, a la cuestión de la policía autonómica. El robo de los 15 sumarios de Marbella llevó a consejeros y otros cargos a reivindicar la policía autonómica como solución inmediata al escándalo. Además se ha hablado de destinar los efectivos policiales autonómicos a tareas de vigilancia urbanística, medioambiental y otras relacionadas con la infancia y asuntos sociales. Los andalucistas e Izquierda Unida han convertido el asunto en cuestión de identidad y en la razón de ser andaluces. El presidente Chaves, sabedor de las dificultades y sobre todo de los costes económicos y políticos que supondrá dicha policía, ha dejado la reivindicación en un asunto para otra legislatura.

Dos aspectos de este proyecto merecen comentario. Sorprende la obsesión comparatista que a algunos les embarga. Llega a ser ridícula la cantinela esa de 'como en el País Vasco y Cataluña'. Si ellos tienen una policía autonómica -dicen-, nosotros también. Da lo mismo saber que las condiciones y naturaleza de esas sociedades son distintas. Todos sabemos lo que supuso la creación de la Ertzaintza para aflojar la tensión en aquellas tierras y eliminar el fantasma de la 'Guardia Civil extranjera'. Además no sabemos cómo funcionaría eso de tener cuatro cuerpos de seguridad en el mismo territorio andaluz, actuando sobre asuntos que pueden ser distintos pero que se entrecruzan en sus ramificaciones.

Pero interesa sobre todo destacar que tanto en el asunto de los robos de sumarios de Marbella como en el control urbanístico el problema está en su origen. Los sumarios que fueron sustraídos indican un grave problema de corrupción administrativa y económica en los propios juzgados, según vienen confirmando autoridades judiciales en los últimos días. Y en urbanismo el problema está en algunos gobiernos locales, donde se ampara, protege e incluso se inicia la ilegalidad urbanística. Tanto en uno como en otro ámbito las responsabilidades deben alcanzar principalmente a la política y al gobierno de los jueces. Estamos, por tanto, ante asuntos de índole política y no estrictamente policial.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_