La ONU aplaza su Asamblea General hasta nueva fecha
Por primera vez en su historia, la ONU decidió ayer aplazar el debate de la Asamblea General, hasta una fecha indefinida. Las autoridades norteamericanas y neoyorquinas, desbordadas tras los atentados, señalaron estos últimos días que no podrían asegurar la seguridad de un encuentro internacional donde debían asistir unos setenta jefes de estado. Los representantes de los 189 países han insistido en la importancia de celebrar el debate, aunque sea dentro de un mes o dos.
'Los grupos regionales se han puesto de acuerdo para suspender la sesión. La Asamblea General se reunirá oficialmente mañana [por hoy] para anunciar la decisión', confirmó ayer el portavoz de la asamblea Jan Fischer. 'Todo el mundo está de acuerdo en reanudar los encuentros lo antes posible pero en estos momentos es imposible fijar una fecha'. Los embajadores ante la ONU ya informaron ayer a sus respectivas capitales sobre el aplazamiento.
Sólo en 1964
Esta es la primera vez que se suspende el debate, el momento más importante de la agenda diplomática de la ONU. La sesión como tal sólo fue suspendida en una ocasión, en 1964, tras un problema de fechas con el grupo de los países no alineados. Se baraja ahora la fechas de finales de octubre o principios de noviembre pero nada es seguro.
'Estamos en contacto permanente con las autoridades de Nueva York para saber cuándo será posible celebrar el debate. No podemos fijar una fecha si la ciudad que nos acoge no está lista', dijo Fischer. 'En estos momentos la policía está desbordada'. A esto se añade un problema logístico. 'Muchas reuniones se celebran paralelamente al debate de la ONU y también han tenido que ser postergadas, hay que organizarlo todo de nuevo', añadió.
A principios de semana, el representante norteamericano ante Naciones Unidas, James Cunningham, explicó al resto de sus colegas que dadas las circunstancias era imposible asegurar la seguridad de un encuentro internacional de esta magnitud. Estaba previsto que asistieran 75 jefes de Estado y más de 160 ministros de Asuntos Exteriores. 'La capacidad de esta ciudad y del gobierno en terminos de seguridad es muy limitada', dijo Cunningham.
Desde el pasado martes, el histórico edificio de Naciones Unidas, a orillas del East River, uno de los rascacielos más distintivos de la ciudad, vive aislado del resto de Manhattan. Las calles de acceso han sido cortadas con enormes camiones repletos de arena, para evitar cualquier tipo de ataque suicida.
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