El Gobierno navarro da luz verde a los hornos para incinerar MER en Pitillas

El Gobierno de Navarra aprobó ayer de forma definitiva el proyecto de construcción de una planta incineradora de cadáveres animales y productos MER en la localidad de Pitillas. Miguel Sanz defendió la oportunidad del acuerdo asegurando que el traslado a Ortuella (Vizcaya) y la posterior incineración en Euskadi de los restos MER que Navarra genera 'no es una solución' aceptable, y arguyó que la entrada de IU en el Ejecutivo de Ibarretxe aporta mayor incertidumbre sobre el futuro de las plantas de incineración en Euskadi.

Obviando la postura discordante de la comisión especial del Parlamento navarro sobre las encefalopatías animales, la oposición vecinal y las acciones legales iniciadas por la empresa finalista que no resultó adjudicataria del concurso, el Ejecutivo de UPN dio ayer su visto bueno definitivo al proyecto que promueve Tratamientos MER, empresa filial del matadero La Protectora de Pamplona, que resultó adjudicataria del proyecto. La Administración aportará 100 de los 300 millones iniciales que costará la iniciativa, dos grandes hornos con capacidad para quemar unas 5.000 toneladas anuales de cadáveres animales y materiales específicos de riesgo (MER, los despojos de vacuno que tienen más posibilidad de estar infectados por el prión causante de la encefalopatía espongiforme bovina).

La aprobación del expediente se produce días después de que la Comisión de Ordenación del Territorio (COT) de Navarra informase favorablemente el proyecto, exigiendo, eso sí, la introducción de quince medidas ambientales como 'requisito ineludible' para su puesta en funcionamiento. Las 19 alegaciones presentadas contra la planta quedaron rechazadas y ayer Miguel Sanz reconoció la legitimidad de quienes se oponen al proyecto, pero, a renglón seguido, defendió la actuación del Gobierno, 'que vela por el interés general y se atiene a los informes técnicos favorables'.

Sanz manifestó que el envío de los restos MER de Navarra a la empresa García Mendoza de Ortuella, que se viene produciendo desde el verano, no supone una solución aceptable ni suficiente para la instituciones, que deben 'hacer el esfuerzo de resolver aquí sus propios problemas'. Según el presidente, UPN no se dejará llevar por 'planteamientos de carácter político'contra la incineración. Y puso como ejemplo la oposición que el PNV de Navarra mantiene al proyecto de Pitillas 'mientras apoya una planta en Amorebieta'. [La instalación prevista en la localidad vizcaína no es una incineradora, sino una planta de producción de energía eléctrica de ciclo combinado).

500 toneladas

Navarra inició este verano el traslado a la empresa de Ortuella, para su tratamiento e incineración, de las 500 toneladas de restos MER que tenía almacenadas en camiones frigoríficos debido a la negativa de la Mancomunidad de Pamplona, presidida por el socialista Javier Iturbe, a permitir el enterramiento de estos residuos. La comisión parlamentaria que estudia la incidencia del mal de las vacas locas (la encefalopatía espongiforme bovina-EEB), presidida por el socialista José Luis Uriz, continúa con sus sesiones de trabajo con los sectores implicados y todavía no ha emitido sus conclusiones al respecto. Sin embargo, los partidos de la oposición siempre han subrayado la falta de justificación de construir una planta de incineración en Pitillas u otro punto de la comunidad, teniendo la opción de eliminar los restos MER en las plantas cementeras vascas. La única empresa del sector en Navarra, Cementos Portland de Olazagutía, no tiene los permisos municipales para hacerlo al haber sido negados por el Ayuntamiento, en manos de Batasuna.

Fuentes próximas al Gobierno y a los profesionales que promueven la planta de Pitillas no han ocultado que la crisis de las vacas locas ha hecho emerger un negocio comercial vinculado al tratamiento de cadáveres animales y restos MER, que ellos quieren disputar a las empresas vascas. Los vecinos de Pitillas aseguran que Tratamientos MER acabará quemando restos de otras comunidades, todo ello a escasos 1.700 metros del casco urbano de la localidad y a cuatro kilómetros de la laguna del mismo nombre, uno de los humedales de aves acuáticas más importantes de Navarra.