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Una antigua reivindicación vecinal

Integrar los hospitales militares de Madrid en la red de sanidad pública es una reivindicación antigua de los vecinos de las zonas donde se ubican estos centros. Los primeros en hacerlo fueron los del distrito de Carabanchel: desde hace al menos diez años, las concentraciones vecinales se repiten a las puertas del hospital militar Gómez Ulla, que, según los responsables de IU y PSOE en la Comunidad, está 'infrautilizado'.

Esas primeras protestas tuvieron un reflejo inmediato entre los vecinos de otros municipios y distritos de la capital con hospitales militares en sus inmediaciones, sobre todo a partir de que, el pasado mes de mayo, comenzaran las negociaciones del Ministerio de Defensa para la venta de cuatro de sus cinco hospitales en Madrid: el del Generalísimo, en el distrito de Moncloa; la Policlínica Naval, en el de Ciudad Lineal; la clínica de Los Molinos, en esta localidad serrana, y el hospital Gómez Ulla, en Carabanchel. Este último, en cualquier caso, tardará aún en venderse, porque prestará los servicios de los demás hasta que la reforma del hospital del Aire (el único que quedará en manos de Defensa) esté terminada.

El pasado 9 de junio, Luis Mariscal, secretario general de Administraciones Públicas del CC OO, señalaba en una rueda de prensa que el 30% de los 3.500 profesionales que trabajan en los centros 'son interinos y pueden ser despedidos si sus puestos no pasan a la sanidad pública'. Tres días más tarde, mil personas se manifestaban contra la venta de los hospitales, y lo mismo ocurría el día 26 en las inmediaciones de la Puerta del Sol.

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