Un mundo narrativo
Consummatum est es el título de la novela de Joan Mari Irigoien (Alza, 1948) recientemente traducida al castellano y que acaba de aparecer en la editorial Ttarttalo en su nueva colección Abra. La obra de Irigoien es muy conocida en la narrativa en lengua vasca. Posiblemente sea uno de los autores punteros junto a Saizarbitoria, Atxaga o Lertxundi.
No es la primera de sus novelas que se traduce. Al menos otras dos, Babilonia, con igual título en Acento, y Poliedroarn hostoak, como La tierra y el viento en Hiru, se pueden leer en español. Pero si el ámbito reducido en que se mueven estas traducciones ha dado una posibilidad escasa de conocer su obra, esta publicación puede ser una buena oportunidad para acercarse a su mundo narrativo.
Consummatum est es la historia paralela de dos personas, Diego y Gadea, que pertenecen a dos ámbitos distintos de la sociedad: uno a la marginación de un pueblo rural, hijo de un carbonero y de una antigua prostituta, y otra, hija de un idealista alemán y de una cultivada dama de Madrid: el camaleón y la rosa. El uno encarna la potencia del mal, la otra la bondad.
La crítica vasca (en especial puede leerse el trabajo de Iñaki Aldekoa) consideró que era una de las novelas menos logradas del novelista, porque esos dos mundos se van uniendo con una narración que se diluye poco a poco.
Las características de Irigoien están presentes en la novela: un estilo que no duda en utilizar las imágenes poéticas, que busca el símbolo y la analogía, que tiene tendencia a terminar las escenas con una frase sentenciosa, que utiliza la lengua vasca con soltura admirable, cosa que no se traslada diáfana a la traducción.
Sus novelas buscan insertarse en el realismo mágico, del que es confeso deudor, sobre todo del mundo de Rulfo, pero a veces concibe el mundo excesivamente dividido: la clase baja y la alta, lo rural y lo urbano, el iletrado y el idealista alemán, la violencia y la piedad. Los elementos de la trama son sorprendentes (a veces inverosímiles), porque desde el principio el personaje se ve abocado al destino que no es suyo, sino que se le ha trasladado desde una instancia narrativa superior, pero la caracterización de los personajes resulta a veces previsible, porque el autor insiste en los temas básicos de su personalidad, y ciertos aspectos del relato -como el rechazo de la vecindad a los padres de Diego, a Paulino y Manuela- se ofrecen de manera monotemática.
La habilidad de Irigoien en unir elementos dispares, como las relaciones populares, los mitos sobre el más allá, la sabiduría popular y la más alta cultura europea, en desarrollar un estilo que sutura con suavidad varios registros, ha ofrecido la imagen de un estilista de la novela.
Joan Mari Irigoien: Consummatum est. Ttarttalo, Abra. Donostia, 2001, 272 páginas, 2.900 pesetas.
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