Sobre el macabro atentado
Días después del macabro atentado, todavía en estado de choque, y tras la estupefacción inicial, tengo esta constatación alucinante, un poco irreal: que tras los miles de muertos y desaparecidos que ha habido de una sola tacada, la vida sigue como si nada. Que no se acaba el mundo. Que siguen los partidos de fútbol en la televisión. Que seguimos teniendo apetito y también deseos sexuales. Como si nada. Estoy confundido, estupefacto, y, sin embargo, me dejo llevar por esta vida que sigue. Como, por otra parte, no podía ser de otra forma. 'El horror, el horror, el horror...', que decía Conrad en El corazón de las tinieblas.- Juan Ribó Chalmeta. Madrid.
Ya no espero justicia, ni temo por las consecuencias futuras. Creo entender a las víctimas del terrorismo de ETA cuando, al entrevistarlas, tan sólo piden que acabe ya, que no vuelva a ocurrir. Tan sólo siento pena y dolor profundos. Quiero que todo este horror acabe ya.- Manuel Martín Sanz. Madrid.
El editorial de EL PAÍS del día 12 de septiembre de 2001 califica los brutales atentados ocurridos en Estados Unidos de 'agresión integral contra su sistema político, contra la democracia y la libertad de mercado'. Y añade: 'En definitiva, contra todos los que compartimos unos mismos principios democráticos que tanto costó conseguir en nuestro país'.
Nos gustaría puntualizar que muchos de los que luchamos por la democracia en nuestro país no defendíamos en absoluto la libertad de mercado y de especulación salvaje, que parece ser el modelo económico y moral de Estados Unidos. El dolor por las víctimas y la sensación de desamparo que nos asalta no debe ofuscarnos de tal manera que nos haga olvidar que los principios democráticos por los que habíamos luchado no son ni este tipo de democracia que propugna la pena de muerte, ni la libertad de mercado que hunde en la miseria a las tres cuartas partes de la humanidad, ni la alianza militar con los guardianes del imperio.
Y nos duele que se confundan los ideales de tantos españoles que se esforzaron por conseguir una democracia real con la defensa de la Bolsa.
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