Cita con Afganistán
Quien se pregunte qué clase de respuesta dará Estados Unidos al ataque terrorista del pasado martes debe mirar un mapa de Asia. A no ser que pruebas concluyentes den un giro inesperado a la situación, todo llevará a la diplomacia estadounidense, y muy posiblemente a sus tropas, a una de las más problemáticas y volátiles zonas del mundo. En el epicentro, Afganistán, una empobrecida y subdesarrollada nación que durante siglos ha sido campo de batalla y cementerio de los intereses de las grandes potencias. Para evitar un destino similar, Washington debe actuar con extremo cuidado y habilidad. Afganistán es el principal lugar de asentamiento y el santuario de Osama Bin Laden, pero cualquier esfuerzo contra su organización tocará inevitablemente intereses de países vecinos; entre ellos, Pakistán, India, Rusia, China, Irán y Arabia Saudí. Las iniciativas que se tomen serán mucho más efectivas si tienen en consideración sus intereses, y cuando sea posible, sumar el apoyo de estas potencias de la zona. Políticas erróneas en su concepción o en su desarrollo se pueden volver fácilmente en contra de EE UU. Mucha de la actual anarquía que padece Afganistán se debe a los errores cometidos en el pasado por Rusia, Pakistán y EE UU. (...) Manejar de forma satisfactoria todos los intereses de las naciones vecinas de Afganistán ha sido muy complicado para Estados Unidos en tiempos de relativa tranquilidad. Si EE UU se embarca en lo que puede ser un enfrentamiento con Afganistán, el presidente Bush no tendrá margen de error cuando navegue por la zona.
Nueva York, 14 de septiembre
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