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Cicerón, nueve meses de agitada gestión

La decisión de la Comunidad de Madrid de encomendar a la asociación sin ánimo de lucro Cicerón la gestión del reformatorio de El Pinar, pocos meses antes de la entrada en vigor de la Ley del Menor -que provocó la excarcelación de 32 menores de distintas prisiones de la Comunidad-, fue recibida con críticas por parte de la oposición regional y con el escepticismo del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, quien reclamó en enero al Gobierno regional que aclarase los 'fines' de Cicerón. La asociación se había creado sólo un año antes de que, el 13 de enero pasado, entrara en vigor la nueva legislación, y carecía de experiencia en la gestión de centros de internamiento. Aun así, desde la Consejería de Servicios Sociales se subrayó la 'solvencia' de esta institución, en cuyo consejo asesor estaba Mercedes Jabardo, directora de Instituciones Penitenciarias con el PSOE entre 1992 y 1994. Como directora del centro estaba Florencia Pozuelo Rubio, una psicóloga que había dirigido la cárcel de mujeres de Valencia.

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Pozuelo dimitió aduciendo 'razones personales' cuando sólo llevaba dos meses y medio en el cargo, y lo hizo rodeada de la polémica: los padres de alumnos de colegio San Fernando, ubicado en el mismo recinto que El Pinar y que habían protagonizado numerosas protestas por la apertura del reformatorio, denunciaron ante la fiscalía, el Defensor del Menor y la prensa presuntos malos tratos a jóvenes internos en el centro. Pozuelo aseguró que dichas denuncias le parecían un 'insulto'. 'Los internos son chavales con conductas poco adaptadas a lo que se les castiga y premia, pero nunca se les pega', dijo.

Tarjeta amarilla

La Comunidad ha sacado en varias ocasiones la tarjeta amarilla a Cicerón. Una de las últimas veces fue en agosto, tras agravarse la conflictividad en el centro cerrado. En una semana se fugó un interno y días después lo intentaron otros cuatro, lográndolo sólo uno. Horas después, el resto de los jóvenes se revolvió en El Pinar, gritando y rompiendo mobiliario, lo que obligó a la dirección a llamar a los agentes antidisturbios.

Tras estos hechos, la Comunidad reforzó su control sobre El Pinar y creó una dirección mixta: a los gestores de Cicerón, el Gobierno regional sumó un coordinador y dos técnicos propios que hasta ahora trabajaban en reformatorios gestionados directamente por el Instituto Madrileño del Menor y la Familia (IMMF). Existe, además, desde hace meses un coordinador del IMMF para los tres reformatorios cerrados de la región (El Pinar, Madroño y Renasco).

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