'Llegaron con salitre en las cejas'

'Llegaron con salitre en las cejas, estaban deshidratados, lo primero que hicimos fue darles agua'. Es la primera impresión que causaron dos jóvenes magrebíes, que habían partido de Tetuán hacía varios días, en el piloto del helicóptero que les rescató, el teniente de la Guardia Civil Pedro Ramírez. A las 12.50 de ayer, a pleno sol, sedientos, ellos mismos reclamaron con aspavientos la atención de los agentes que les buscaban desde hacía más de cuatro horas. Vista la desesperación de los náufragos, el piloto no esperó la llegada de la embarcación del instituto armado, que tiene base en Benalmádena, y habría tardado más de una hora. Puso el helicóptero a la izquierda de la patera, a dos cuartas del agua y un palmo de la barca y los ocupantes 'se subieron como en un coche'.

Eran dos jóvenes con poco más de 18 años, altos y delgados, llevaban vaqueros, cazadoras azul oscuro y crema claro, y zapatillas Nike. Contaron que habían partido hacía varios días de Tetuán, en una patera de madera, de cinco metros, pintada de celeste y con un motorcillo que se les paró. 'Con una embarcación así, en el mejor de los casos, tardan dos días en atravesar', apunta el teniente. Un barco turco que navegaba por el Mediterráneo rumbo a Algeciras los avistó al amanecer, a la deriva, a unos 50 kilómetros al sur de Fuengirola, y avisó al servicio de emergencia.

La mala suerte del motor, por rotura o falta de combustible, se iba a repetir varias veces a lo largo de la mañana. 'Salimos de Málaga hacia las 8.00 para patrullar la costa -relata Pedro Ramírez- y cinco minutos después más allá de Torremolinos vimos una lancha rápida con tres tripulantes con pasamontañas, que se dirigía hacia Marruecos, era evidente que se dedicaban a alguna actividad ilegal y empezamos a seguirles. A las 8.30, Salvamento Marítimo de Tarifa nos avisó de que había una patera a la deriva, estábamos realmente muy cerca, pero un error en las coordenadas de situación nos llevó a Motril; no les encontramos'.

El helicóptero, un BK 117, que pesa 3.300 kilos y puede transportar a ocho personas además de los dos pilotos, tiene una autonomía de algo menos de tres horas. Así que los tres tripulantes -en la patrulla de ayer iban también el teniente Juan López y el sargento Francisco Martínez- volvieron a la base de Málaga a repostar. En su segundo intento, ya con los grados correctos, tampoco iban a tener suerte. 'Había mucha neblina y no les vimos'. Además surge otra emergencia: un pesquero ha avisado que otra embarcación, con 25 personas, está frente al cabo de Trafalgar, al otro lado del Estrecho, en la costa atlántica de Cádiz. El helicóptero se desplaza a la zona, pero no es necesaria su intervención porque llegó una lancha de la Guardia Civil.

Eran las 12.15 e iba a cambiar la suerte de la búsqueda. 'Se levantó la niebla y había buena visibilidad; la mar estaba tranquila, con viento de levante pueden llevarse allí cinco días sin que les encuentren', añade Ramírez. 'Les vimos rápidamente. Nos hicieron gestos con los brazos y señales de que necesitaban ayuda. Tenían síntomas evidentes de deshidratación; me aseguré de que podía hacer una maniobra rápida y segura, y les acerqué uno de los patines del helicóptero para que se subieran'. Antes se volvieron a coger una bolsa, también marca Nike, y sin embargo se dejaron en la patera un teléfono móvil de color azul. Pudo ser un olvido, pero si era para sus contactos en España, ya no lo necesitaban: su suerte terminó con el rescate. Su destino inmediato es ser devueltos a su país.