_
_
_
_
Crítica:CRÍTICAS | 'Código de lealtad' y 'Fucking amal'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Retrato sórdido de la vida en Boston

Que algo ocurrió durante el rodaje de esta película, estirado durante más de dos años y con hasta tres títulos diferentes (el definitivo, Noose, se puede traducir como trampa; pero también como dogal), parece fuera de toda duda: su abrupta resolución, los datos contradictorios sobre su elenco y el hecho de que nos llegue más tarde que Blow, la siguiente película de su director, Ted Demme, un hombre con crédito asegurado desde su éxito en Beautiful Girls, indican alguna anomalía.

Y también su desarrollo: un prólogo excesivamente largo, en el que parece que nada ocurra, pero que en realidad plantea un conflicto amargo, oscuro: la relación -el lazo al cuello: el dogal- que mantiene un ladrón de coches, Bobby (Denis Leary, actor fetiche para Demme) con un jefezuelo de la mafia irlandesa de Boston, a quien debe favores y dinero, pero con cuya novia mantiene una peligrosa relación clandestina. Un largo planteamiento, un conflicto que se desarrolla en varias direcciones, pero sin definir en exceso a los personajes, y una resolución casi chocante en su brevedad nos hablan de un guión mal planteado.

Pero hay algunas cosas en este filme fallido que, por lo menos, resultan interesantes. Una, el cuidado casi etnográfico con que retrata esa porción de la comunidad irlandesa de Boston que vive del delito, sus miserias, su racismo, la parquedad de una vida cotidiana hecha de alcohol, drogas y poco más. Otra, la coherencia de mostrar la sordidez de ese mundo con un tratamiento estético oscuro, sucio y tétrico. Otra, en fin, el no hacer de sus personajes ni héroes ni villanos, sino los residuales productos de una situación deteriorada. Es una lástima que Demme no haya sabido, o podido, sacar más partido de un escenario y unos personajes así, lo que lastra una película que se puede ver, pero cuyas carencias la dejan virtualmente en cueros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_