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Defensa de Es Castell

Es Castell, como se conoce al conjunto de edificaciones con que culmina el promontorio de la ciudad de Ibiza, mantiene en su recinto restos que bien podían remontarse a 654 a. d. C., año de la fundación de la villa, hasta 1972, fecha en la que el Ministerio de Defensa abandonó el recinto que albergaba un regimiento militar y lo devolvió a la ciudad. Probablemente, Es Castell se construyera con la fundación de la ciudad de Ibiza y mantuviera a lo largo de su historia el carácter defensivo de último bastión.

Tiene una extensión de 6.225 metros cuadrados, de los cuales 3.332 están edificados y repartidos en diferentes dependencias que sufrieron a lo largo del tiempo intervenciones que transformaron su perfil original. Se conservan restos de la acrópolis púnica y de la posterior romana que parece que se adaptó al original cartaginés. La ciudad fue anexionada al Imperio vándalo norte-africano de Genserico, y Es Castell fue adecuado a las nuevas estrategias bélicas; sin embargo, con la llegada de las tropas bizantinas de Justiniano se transformó en un recinto defensivo que mantendría su configuración hasta la invasión árabe que amplió la ciudadela con la construcción de la Almudaina, consolidó las murallas y se construyeron entre 16 y 17 torres.

La invasión catalana de 1325 mantuvo la estructura árabe y apenas alteró la construcción original. Los grandes cambios en la ciudad medieval llegaron con la construcción de la muralla renacentista, iniciada por Carlos I y terminada por Felipe II; fueron eliminados los frentes fortificados y las torres puesto que Es Castell quedaba integrado en el conjunto amurallado que conocemos y que en la actualidad se encuentra en un estado físico y constructivo deplorable, inadecuado a un conjunto histórico que recibió hace un par de años la distinción de ser Patrimonio de la Humanidad.

Después de una continuada desidia administrativa, incapaz de determinar los usos a que podía dedicarse Es Castell, el Consell de Ibiza y Formentera encargó a los arquitectos Martínez Lapeña-Elías Torres y Pallejà-Roig un estudio de viabilidad de usos para su rehabilitación. La propuesta considera que Es Castell, aparte del interés que mantiene por sí mismo, está inserto en el contexto urbano de la ciudad de Ibiza y por esta razón las actuaciones deben tener un efecto que deberá ir más allá del recinto propiamente dicho. La propuesta contempla el nuevo uso de las antiguas dependencias para Museo Arqueológico, auditorio y sala de actos, un pequeño hotel y espacios para uso docente. Pretende la demolición de la Antigua Comandancia Militar, las viviendas y la residencia militares y la recuperación paisajística del entorno. Es posible que este proyecto acabe con la incuria y la desatención de un conjunto histórico que por la irresponsabilidad de la Administracción ha alcanzado el vergonzante estado de ruina.

Antoni Marí es escritor y catedrático de la UPF de Barcelona.

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