El SOC ocupa una finca para que el Gobierno la ceda a los jornaleros
El Sindicato de Obreros del Campo (SOC) organizó ayer la ocupación simbólica de la finca La Romana, de 629 hectáreas de regadío, situada entre las localidades sevillanas de Los Palacios y Utrera y anteriormente expropiada a Rumasa. Los 300 jornaleros convocados por el SOC tenían como objetivo que estas tierras no sean privatizadas por el Gobierno central. Estas personas confían en que La Romana pase a manos de cooperativas de jornaleros para que éstas las dediquen a cultivos de carácter social, como el espárrago y la fresa, o frutales como el melocotón y la naranja. La finca ya ha sido ocupada por los jornaleros en otras ocasiones.
El Sindicato de Obreros del Campo reclamó una reunión con el consejero de Agricultura y Pesca, Paulino Plata, para que éste pida la concesión o el traspaso de la finca. De acuerdo con las expectativas de la organización sindical, La Romana sería entregada posteriormente a los pueblos de la comarca (Los Palacios, Utrera, El Coronil, Montellano y Los Molares).
'La ocupación es una denuncia pública hacia el Gobierno, porque estas tierras que son públicas se le expropiaron en su día a Rumasa y se las quieren entregar de nuevo a los terratenientes', aseveró el secretario general del sindicato y alcalde de El Coronil, Diego Cañamero, quien sostuvo que las fincas 'que están en esta situación' podrían dar 'trabajo y riqueza a muchas comarcas, y el Gobierno pretende privatizarlas, venderlas'. Cañamero explicó que como la aceituna de La Romana está todavía muy verde, los jornaleros sólo han recogido una poca, como acto simbólico.
Según Cañamero, en Andalucía, 'en estos momentos, puede haber 13 o 14 fincas en esta situación, que suman en total cerca de 20.000 hectáreas', de las cuales 'hay nueve que ya el Gobierno ha anunciado públicamente que las va a poner a la venta, y es una injusticia porque ningún jornalero va a poder pagarla', subrayó.
La Romana podría alcanzar un precio de unos 1.500 millones de pesetas, según el cálculo efectuado por Cañamero, quien dijo que lo ideal es que la finca se dedique a cultivos cuyos frutos también pudieran ser envasados por las gentes de la comarca, como se hace en otros pueblos andaluces con industrias agroalimentarias dedicadas al espárrago o los pimientos.
El dirigente sindicalista resaltó la parte positiva que depararía la entrega de este tipo de tierras a cooperativas de jornaleros. 'Daría cientos de jornales para nuestros pueblos', dijo. Así, Cañamero exigió al Gobierno 'que no se vendan estas tierras, que pacten en los ayuntamientos o la Junta de Andalucía para que ésta, a la vez, la pueda ceder a las cooperativas de trabajadores'.
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