El fiscal pide que se inhabilite a los propietarios de dos locales por negar la entrada a los gitanos

Racismo en algunos locales de Maremàgum. Ésa es la situación que relata el fiscal en los escritos de acusación que ha presentado contra tres propietarios de locales de ocio en el complejo Maremàgnum de Barcelona. La fiscalía los acusa de un delito contra los derechos fundamentales de las personas y pide tres años de inhabilitación para ejercer esa actividad para uno de ellos y cuatro años para otros dos acusados, el máximo que prevé la ley. Los hechos fueron denunciados por SOS Racisme hace más de un año y siempre fueron negados por los acusados.

Los acusados son Luis Manuel Lupe Alarcón, administrador de la sociedad que explota la sala Mojito Bar, Jacinto José Espelta Estrada y Jaime Veiga Chaos, propietarios de los locales Fiesta, Tropicana y Nayandei. Los hechos ocurrieron en el primer semestre de 1999 cuando, según la fiscalía, los tres acusados 'dieron órdenes a los empleados y personal de seguridad' de las salas para que impidieran la entrada de 'personas que fueran negras, gitanas o árabes' por el simple hecho de serlo'.

En cumplimiento de esas órdenes, añade la fiscalía, la noche del 18 de junio de 1999 no pudieron entrar en los citados locales los ciudadanos Basilio Perona Cortés y su primo José María Santiago Perona 'porque eran gitanos'. Semanas después, otra persona de raza gitana, Denizard Gouveia Baldán, tampoco pudo entrar en la sala Nayandei por idéntico motivo.

Los hechos fueron denunciados por la organización SOS Racisme ante la fiscalía, que ordenó una investigación a la Guardia Civil para averiguar qué había de cierto. Con el informe de los agentes, la fiscalía presentó una denuncia y el Juzgado de Instrucción número 2 de Barcelona abrió juicio oral. SOS Racisme se mantiene como acusación particular en el caso y reclama las mismas penas que el ministerio fiscal.