El 78% de los alumnos asume su culpa en el fracaso escolar

Sólo los estudiantes asumen su culpa en el fracaso académico, porque reconocen (tres de cada cuatro encuestados) que no se esfuerzan lo suficiente en sus deberes. Los padres y los profesores también les hacen responsables del fracaso en buena parte. Así se desprende de un sondeo del Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) entre docentes, padres y alumnos, para dilucidar las causas del fracaso escolar. El informe, elaborado para la Fundación por la Modernización de España con motivo de un congreso de expertos educativos celebrado ayer en Madrid, pone de manifiesto que sólo los estudiantes se autoinculpan del fracaso académico (el 78%), mientras que los padres y profesores se apartan de este problema.

En la encuesta se ha entrevistado a 8.631 alumnos de ESO, bachillerato, COU y Formación Profesional (de 12 a 18 años), la mitad de ellos de centros privados y la mitad de públicos. Se ha pedido la opinión de 3.868 padres y de 821 profesores.

Los padres achacan los malos resultados a sus hijos (43%), pero también culpan al profesorado (33%) y al escaso atractivo de las materias (9%). Los docentes también reparten responsabilidades: un 55% atribuye el fracaso al poco empeño de sus alumnos y un 17% devuelve el golpe y acusa a las familias de no colaborar en el proceso educativo.

El autor de la encuesta, el catedrático de Psicología de la Educación Álvaro Marchesi, que participó en el congreso de expertos educativos, reiteró la conveniencia de que todos asuman su responsabilidad.

Cuando se les pide que se pronuncien sobre su actitud en caso de que sus hijos traben amistad con alumnos con malas notas o con conductas antisociales, los padres trazan una clara línea divisoria en sus respuestas: mientras que un 61% es reacio a que sus hijos se relacionen con chicos de comportamiento antisocial, quitan importancia a que vayan con compañeros que tengan problemas de aprendizaje.

El autor de la encuesta lamentó que un tercio de los encuestados (padres, alumnos y profesores) piense que los malos resultados académicos no tendrán mucho que ver a la hora de encontrar un trabajo. La relación entre el futuro laboral y las malas calificaciones se diluye aún más entre los alumnos de mayor edad.

Ante el fracaso académico, expertos de cinco países coincidieron en que la solución no consiste en separar a los alumnos según su rendimiento. Creen más adecuado que las aulas estén compuestas por grupos heterogéneos y que se preste más apoyo a los que se retrasen.