El Gobierno de Bush no pedirá la segregación en dos de Microsoft
Los fiscales estudian ahora propuestas de sanción a la compañía
Microsoft tendrá que pagar un precio por sus delitos monopolistas y anticompetitivos, pero la empresa de Bill Gates no volverá a enfrentarse al fantasma de la segregación. El Departamento de Justicia y los fiscales de los 18 estados que han sometido a Microsoft a la lupa judicial anunciaron ayer su renuncia a solicitar nuevamente la división. Esta posición refleja abiertamente la perspectiva indulgente y cordial del Gobierno de George Bush hacia el gigante informático. El proceso se reanuda la semana próxima.
Hace tres meses, un tribunal de apelaciones anuló la división de la compañía decretada por el primer magistrado del caso; era judicialmente poco realista que los fiscales volvieran a pedir la ruptura cuando una instancia superior ya la había considerado desmesurada para los delitos cometidos. Sin embargo, el anuncio del Departamento de Justicia permite a Microsoft tener un certificado escrito de que los tiempos políticos han cambiado en Washington.
Más importante que la promesa de no volver a pedir la división de la compañía es el anuncio de que tampoco se pedirá una nueva investigación sobre la combinación de productos informáticos, a pesar de que el caso Microsoft tuvo su origen en la decisión de la compañía de regalar su navegador de Internet (Explorer) con cada copia de su sistema operativo Windows.
La jugada comercial permitió a Bill Gates hacerse en poco tiempo con el suculento mercado de los navegadores, pero le metió al mismo tiempo en un laberinto judicial que ha cumplido casi cuatro años. Los fiscales creen que seguir por esa vía judicial 'sólo prolongaría el proceso y retrasaría la aplicación de las medidas que se impongan en beneficio de los consumidores'.
El anuncio de ayer también es agrio para Microsoft, porque incluye algo que Gates posiblemente no esperaba: el Departamento de Justicia tiene intención de llevar a cabo una indagación rápida para 'investigar los desarrollos en el sector desde la conclusión del juicio y evaluar si se hace necesario imponer medidas de conducta adicionales, especialmente en ausencia de una división'.
Además, el Gobierno y los 18 estados dejan claro que si no persiguen la ruptura es para no alargar aún más el caso, pero no porque consideren menos graves los delitos cometidos por Microsoft y confirmados por el mismo tribunal de apelaciones que anuló la segregación y pidió un nuevo castigo. La juez Colleen Collar-Kotelly retoma el proceso judicial dentro de una semana.
Al anunciar nuevas investigaciones, la justicia puede someter a escrutinio la nueva versión del sistema operativo de Microsoft, Windows XP, que estará a la venta a finales de octubre, aunque está ya completamente terminada. Según muchas empresas que compiten con Microsoft, Windows XP incurre con extraña osadía en las mismas prácticas por las que Gates está en los tribunales. El programa incorpora desde reproductores de DVD hasta editores de fotografía digital; tal es la envergadura del nuevo sistema operativo que los usuarios medios prácticamente pueden realizar cualquier tarea informática sin tener que comprar programas de ninguna otra compañía.
Vigilancia estricta
Aunque renuncian a la ruptura, los fiscales anticipan un marcaje estricto al comportamiento futuro de la compañía. Del anuncio de ayer se deduce que la propuesta de sanción que defenderán ante la juez incluirá las normas de conducta empresarial que el magistrado inicial dictaminó pero dejó voluntariamente en suspenso hasta la resolución del caso en instancias superiores. Entre ellas hay algunas que pueden cambiar por completo la forma en la que Microsoft hace negocios: desde obligar a la compañía a cobrar un precio fijo para cada copia de Windows que vende a los fabricantes de ordenadores (se prohíben descuentos a los amigos o precios inflados para los enemigos), hasta forzarla a entregar a programadores de otras empresas secciones enteras del código de Windows que permitan crear programas tan integrados en el sistema operativo como los que Gates fabrica.
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