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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Racismo políticamente correcto

La celebración en Durban (Suráfrica) de la conferencia de la ONU sobre el racismo está coincidiendo en el tiempo, y en nuestro pueblo, con una muestra más de lo que se está definiendo como un racismo políticamente correcto, es decir, que niega rotundamente su carácter xenófobo. Se trata de una campaña de recogida de firmas que un grupo de vecinos de Sestao está realizando contra la instalación de un centro de formación ocupacional dirigido a personas del pueblo gitano. Hay aspectos sumamente criticables de esta iniciativa, como que todo el problema derive de que una persona haya descubierto, ¡en Internet!, que la asociación Secretariado Gitano dispone de una oficina en Sestao, que, salvo por su aparición en una página web, estaba pasando despercibida y sin generar ningún problema; o que el objeto de las iras de los vecinos sea un centro de formación, actividad que éstos deben considerar sumamente perjudicial para la convivencia en el pueblo.

Pero me empieza a aburrir el énfasis que los promotores de la recogida de firmas, al igual que los miembros de la asociación de mi barrio, Txabarri Garbi (un nombre ya de por sí muy explícito, pues esta asociación no surgió precisamente para hacer frente al problema de las basuras o la contaminación), ponen en asegurar que lo suyo no tiene nada que ver con el racismo. En efecto, difícilmente oirá nadie salir de sus bocas una sola palabra explícita en contra de los gitanos, y es que son muy políticamente correctos y saben que las actitudes xenófobas no están bien vistas en nuestra sociedad, aunque continúen demasiado extendidas. Eso sí, su discurso está lleno de alusiones a conceptos tan ambiguos y nebulosos como 'el problema', 'la plaga', personas 'conflictivas', 'de alto riesgo', 'ilegales' (este último cuando se refieren a inmigrantes sin papeles), hasta que, llegados a un punto, uno descubre que han convertido automáticamente a todas las personas de etnia gitana, o magrebíes y subsaharianos en menor medida, en personas 'problemáticas', 'conflictivas' o 'de alto riesgo'... simple y llanamente por el color de su piel; independientemente de que, como en el caso de la ciberoficina de Sestao o los futuros estudiantes del centro de formación, todavía nadie haya tenido ocasión de conocerles y valorar de primera mano en dónde radica su presunta conflictividad.

Señores y señoras de Txabarri Garbi y de la recién montada plataforma, seamos serios: cuando afirmáis que lo vuestro no es una movilización contra los gitanos sino contra las 'personas conflictivas', pero al mismo tiempo adjudicáis la conflictividad como una cualidad intrínseca de todas y cada una de las personas del pueblo gitano sin excepción, no sólo estáis actuando de una manera racista y xenófoba sino, al mismo tiempo, con fariseísmo e hipocresía.

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