'No encuentro explicación a ciertas decisiones de la CNMV'

El presidente de la ONCE, José María Arroyo, burgalés de 52 años, reconoce que el desconocimiento que ha tenido sobre las conexiones entre su Fundación y Gescartera hasta el día en que estalla el escándalo ha incrementado el desconcierto sobre la estafa perpetrada por la agencia de valores. Pero para él muchas de las actuaciones de los actores de este escándalo, especialmente de la CNMV, resultan también desconcertantes.

Pregunta. Cuesta creer que en todo el holding de la ONCE únicamente dos personas, los destituidos Rafael de Lorenzo y José Manuel Pichel, conocieran las conexiones con Gescartera.

Respuesta. Pues ha sido así. Esas inversiones figuraban como activos del Tesoro y eso nos daba mucha tranquilidad, porque teóricamente eran tan seguras como el Tesoro mismo, que si se hunde nos hundimos todos con él. Después sí que hemos visto las irregularidades que ya son públicas y alguna otra, como una cláusula del contrato de gestión de fondos con Gescartera que no nos ha gustado nada. Es la casilla que pide: 'Diga en qué actividades no quiere invertir'. Y la respuesta está en blanco, luego se les ha dado poder para hacer lo que hayan querido con el dinero. Desde luego no es un fin de la Fundación especular en bolsa ni mucho menos en valores de riesgo.

P. Pero los intereses que rentaba Gescartera serían mayores que si hubieran sido letras del Tesoro. Tal vez ahí existía un indicador de que algo no encajaba.

R. Es que los mil millones a lo mejor con el Tesoro rentaban 60 millones y con Gescartera 63. Era una diferencia demasiado pequeña para fijarse en ese detalle.

P. Ustedes tienen auditores internos y externos.

R. Sí, pero la directora de la auditoría interna de la Fundación llevaba poco tiempo, un año o así, y además Pichel y De Lorenzo le habían ordenado actuar más como directora financiera que como auditora. Y también como las auditorías externas insistían en que eran activos del Tesoro, a ella no le llamó la atención.

P. En la de 2000, Arthur Andersen no habla del Tesoro, sino de valores de bolsa.

R. Porque nosotros les obligamos a rectificar. En la primera que entregaron insistían en el Tesoro.

P. ¿Lo asumen los auditores sólo porque así se lo dicen Pichel y De Lorenzo?

R. Ésa es otra de las muchas cosas que yo no entiendo. Tal vez habría que replantearse el papel de los auditores. De todas formas nosostros vamos a hacer una auditoría externa de contraste, y vamos a dotar al Grupo ONCE de los medios necesarios para controlar nuestras cuentas con pelos y señales.

P: ¿No resulta poco serio hacer negocios sin documentos que los sustenten, como aseguran ustedes que ha ocurrido con su participación del 10% en Gescartera?

R. Claro que no es serio. Pero la verdad es que esos documentos no existen.

P. ¿Aunque sean precisamente el argumento de la presidenta de la CNMV, Pilar Valiente, para justificar el ascenso de Gescartera a agencia de valores?

R. Que quiere que le diga...Insisto en que los títulos no existen.

P. En ese caso, ¿no habría sido conveniente que alguien de la CNMV, o del Ministerio de Economía, verificara con ustedes su participación?

R. Por supuesto. Pero no lo hicieron. Nadie se puso en contacto con nosotros. Nadie nos preguntó nada. Si lo hubieran hecho probablemente ni ellos ni nosotros estaríamos en esta situación.

P. ¿Cómo interpreta este comportamiento?

R. No encuentro explicación. A veces la gente se equivoca y confunde la Fundación ONCE con la propia ONCE o con la Corporación ONCE. La Fundación sólo es una institución financiera menor de nuestro grupo. Es mucho más interesante la propia ONCE o la Corporación. [La Corporación es el grupo empresarial de la ONCE, con una facturación anual de 113.000 millones]

P. ¿Cree de verdad que los técnicos de la CNMV o de Economía confunden la Fundación con la Corporación?

R. Yo no creo nada, pero no encuentro explicación a ciertas decisiones. Hay otra cosa que tampoco tiene sentido. Tenemos una sociedad, en este caso Gescartera, donde existe un accionista con el 10%, que presuntamente es la Fundación ONCE, y otro accionista, la propia Gescartera, con el 90% restante. ¿Quién puede argumentar que ese 10% avalará el buen funcionamiento del 90% y marcará los designios de la empresa? Eso no tiene ni pies ni cabeza.

P. ¿Enrique Giménez-Reyna [el dimitido secretario de Estado de Hacienda] reunió a su hermana con Antonio Camacho y Pilar Valiente y detallaron la entrada de la ONCE?

R. No lo sé. Es lo que se ha contado. Desde luego, que se decida nuestra participación sin estar nosotros presentes no es de recibo.

P. ¿Enrique Gimenez-Reyna fue en algún momento asesor de la ONCE?

R. Hasta 1994 le consultábamos como experto fiscal y financiero. Después no. Él nos asesoró en la Ley de Fundaciones.

P. ¿Ahí surgió la amistad entre el ex secretario de Estado y De Lorenzo?

R. Me consta que son buenos amigos, con una relación muy cordial.

P. ¿Confían en recuperar algo de los 540 millones que han perdido?

R. Soy pesimista. Creo que buena parte del dinero está en paraísos fiscales, hoy por hoy inalcanzables.

P. ¿Lo han intentado directamente con los presuntos responsables de la estafa?

R. Sí. Hubo un contacto de nuestros abogados con el señor Camacho. Y nos dijo que no nos preocupáramos, que en unos pocos días nuestro dinero volvería

P. ¿De dónde?

R. Ni idea. Sólo dijo que volvería a España y que lo recuperaríamos enseguida. Evidentemente no ha ocurrido.