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Indonesia prepara su Ejército para impedir la llegada del 'Tampa' con los refugiados

Nueva Zelanda estudia la posibilidad de acoger a los 438 afganos del barco noruego

El Ejército indonesio está dispuesto a impedir, incluso con disparos de advertencia, la llegada del Tampa, el carguero noruego que transporta a 438 refugiados, la mayoría afganos, y que permanece bloqueado cerca de una isla australiana en el océano Índico, según declaró ayer uno de sus portavoces. 'No permitiremos a estos inmigrantes ilegales entrar en el país', dijo el portavoz de las fuerzas armadas indonesias, Graito Usodo. 'Los militares están preparados para tomar cualquier medida', aseguró. Mientras, los armadores del buque confirmaron ayer que el barco no se moverá.

'Si el Gobierno de Yakarta ha decidido no dejar entrar el barco, las fuerzas armadas deberán decir: 'No entren', declaró el vicealmirante Usodo. 'Se lo impediremos, e incluso realizaremos disparos de advertencia si es necesario, pero por supuesto, hay reglas para eso', añadió. Canberra insiste en que Indonesia, de donde partieron los refugiados, se haga cargo del Tampa, pero Yakarta rechaza acoger a los refugiados.

La primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, indicó que su Gobierno estudiará la posibilidad de acoger a los inmigrantes. Clark explicó que su país tiene una comunidad de inmigrantes relativamente pequeña, y que los que se encuentran en el Tampa suman la mitad de los refugiados que Nueva Zelanda debe acoger cada año, según los acuerdos internacionales. Otra de las pocas señales positivas de la jornada se produjo en el Senado australiano, que rechazó la propuesta de ley presentada por el Gobierno para redefinir el concepto de refugiado, y que habría aportado una base legal para impedir la entrada en el país de los afganos.

Un portavoz de la compañía naviera, Per Ronnvieg, explicó ayer desde Oslo que el barco continúa en la misma posición en la que estaba el miércoles, a unas cuatro millas náuticas -unos ocho kilómetros- de las costas de la isla de Navidad, es decir, en aguas territoriales australianas. Ronnvieg informó de que sólo había un médico a bordo y que dos de las mujeres embarazadas se habían quejado de dolores. Los refugiados que nadie quiere continúan durmiendo en cuatro contenedores, y un quinto lo usan como servicios para hacer sus necesidades.

El primer ministro australiano, John Howard, explicó el punto de vista de su Gobierno a Kofi Annan, secretario general de Naciones Unidas. No transcendieron más detalles de la conversación. Howard tenía previsto ayer entrevistarse con la presidenta indonesia, Megawati Sukarnoputri.

Esta crisis ha causado gran tensión en las relaciones diplomáticas entre ambos países. Desde que el Tampa recogió a los refugiados, los Gobiernos de Canberra y Yakarta han intentado demostrar que, según el derecho internacional del mar, no están obligados a acoger a los inmigrantes ilegales, y han atribuido la responsabilidad a Noruega, por ser un barco con su bandera el que los rescató.

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